¡Escaparon por el techo!
Perdieron su negocio familiar y todas sus pertenencias. Solo les quedó lo que llevaban puesto y las largas deudas bancarias.
Se despertaron en medio de llamas. Era la 01:00 y un incendio alertó a la familia Vélez Tejena, que rodeada por el fuego tuvo que evacuar su hogar por el techo. El hecho se registró en la ciudadela Los Vergeles, norte de Guayaquil.
¡Auxilio!, fue el grito que alertó a los vecinos, quienes en precipitada carrera acudieron a ver lo que sucedía. Aquel hogar en el que funcionaba un negocio de venta de electrodomésticos nuevos y seminuevos, era consumido por el fuego en cuestión de segundos.
La desesperación obligó a que la familia, conformada por 6 personas, entre ellos un bebé de cuatro meses, saliera por el techo. No había otro lugar para hacerlo, pues la única salida era interrumpida por el fuego.
“Tuvimos que abrir una plancha de zinc para lograr salir, pero las llamas ya la habían calentado y cuando caminábamos por encima, nuestros pies ardían. En la desesperación por salvarnos, mi esposo se cayó y sufrió una quemadura en su pie derecho. Ahora él está en el hospital, ya que le realizarán una tomografía (proceso de obtención de imágenes de la cabeza) para asegurarnos que no exista una lesión”, contó Ana Vélez, propietaria del hogar.
Los moradores del sector quisieron apagar el fuego utilizando mangueras y baldes de agua, pero no lo lograron. Las llamas acabaron con todos los enseres del lugar.
El Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil acudió al llamado y se trasladaron tres unidades de combate y una ambulancia, que trabajaron para acabar con el incendio estructural.
Las pérdidas estimadas ascienden a los 20 mil dólares en mercadería (lavadoras, cocinas, licuadoras, refrigerados) y aproximadamente 4 mil dólares en efectivo.
“Todo nuestro esfuerzo quedó en cenizas y ahora las deudas con los bancos es lo que más me preocupa. Ellos no entenderán que perdí todas mis cosas en una madrugada”, expresó Ana mientras tocaba su pierna izquierda quemada.
La desesperación inundó a esta familia. No tienen qué ponerse, “me duele el cuerpo y el alma. Mañana limpiaré el lugar, porque hoy no puedo”, agregó con lágrimas esta ama de casa, quien en varias ocasiones trabaja vendiendo pescado para llevar ‘dinerito’ extra a casa.
Romerio Díaz, morador del sector, contó que durante el siniestro lo primero que hizo fue sacar el tanque de gas y líquidos inflamables de su domicilio, pues tenía miedo que las llamas se propaguen a su casa y la situación empeore.
“Me da mucha tristeza por mis vecinos porque ellos trabajan y se esfuerzan todos los días. Esperamos que las personas de buen corazón los ayuden con donaciones”, agregó Díaz.
SUS ESTUDIOS
Esta desesperada madre contó que su hija de 10 años está triste porque perdió todos sus útiles escolares y su uniforme, por lo que no pudo asistir a clases ayer.
La pequeña buscó entre los escombros algún cuaderno, lápiz o bolígrafo que pueda utilizar, pero fue en vano, ya que todos sus libros y juguetes quedaron calcinados.
“No quiero que ella pierda sus estudios. Necesitamos que nos ayuden con lo que más puedan”, finalizó.
24
MIL DÓLARES
se estima la pérdida total entre mercadería y dinero en efectivo.