Diario Extra

¡La última llamada a su amor!

La víctima, antes de quedar inconscien­te, cogió su teléfono para avisarle a su novia que había sufrido un accidente y que estaba muy mal. El fuerte impacto le provocó una hemorragia en la cabeza.

- Redacción Guayaquil

El corazón de Daniela saltó de emoción al escuchar el teléfono, era la llamada de su amado Jonathan Ezequiel Flores Yagual. Pero en esta ocasión tenía un tono a despedida. El mensaje desgarró su alma: “Amor, tuve un accidente, estoy muy mal”.

La comunicaci­ón se cortó, Jonathan no respondió más. El fuerte golpe que había recibido en la cabeza provocó que perdiera el conocimien­to. Daniela, desesperad­a, con sus manos temblorosa­s marcó a la madre de su novio.

La señora, quien vende comida en un mercado cercano, al enterarse de la tragedia suscitada con el mayor de sus hijos, corrió a socorrerlo.

Cuando sus parientes llegaron Jonathan aún estaba con vida, mas al ver el rostro de su madre y sentir que acariciaba sus mejillas cerró sus ojos para siempre.

Aún con la esperanza de poder salvar su vida, el chico fue embarcado en una ambulancia y llevado a un hospital cercano, pero los médicos no pudieron hacer nada: había fallecido.

Esta tragedia que enluta a una familia porteña ocurrió a las 10:00 del viernes pasado, en el sector Los Tubos, en La Ladrillera, noroeste porteño.

Jonathan, de 23 años, trabajaba en una mototaxi y había dejado a un pasajero, ya estaba de regreso a la estación de motos donde prestaba sus servicios. Sin embargo, la mala suerte se le cruzó en el camino. Testigos indicaron a este Diario que por evitar impactarse con un bus de la línea 70 perdió pista y se estampó contra un muro de cemento.

“El porrazo hizo que saliera despedido de la motociclet­a, el golpe fue muy fuerte. No llevaba casco”, manifestó Jorge Tuárez, vecino de la víctima. Jorge Flores, padre del fallecido, indicó que una hemorragia en la cabeza provocó la muerte de su descendien­te.

El apesadumbr­ado hombre, acompañado de sus familiares, amigos y vecinos, aguardaba la mañana de ayer en los exteriores de Criminalís­tica y Ciencias Forenses el cuerpo de su muchahco.

“Mi hijo tenía muchos sueños. No los podrá cumplir jamás. Quería casarse con su novia. Le decía a su mamá que trabajaría porque anhelaba arreglarle la casa y ayudar a sus hermanos menores”, comentó Jorge.

Julia Yagual, tía de la víctima, lamentó que haya pasado casi una hora desde que ocurrió el accidente hasta que llegó la ambulancia.

“Quizás si hubiera recibido una rápida atención médica estuviera vivo”, mencionó.

Flores residía en la cooperativ­a La Carolina, en Monte Sinaí, a casi un kilómetro del sitio donde se produjo el percance que acabó con su vida.

Al mediodía de ayer, sus restos fueron retirados del Laboratori­o de Criminalís­tica y Ciencias Forenses y llevados a su hogar para ser velados, hoy serán sepultados.

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Fotos: Christian Vinueza / EXTRA Jorge Flores y Julia Yagual (padre y tía) del fallecido no pueden contener el dolor ante su repentino deceso.
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