Asegura que lo mandaron a matar
Ricardo Camacho, exsubsecretario de Justicia, contempla tres teorías sobre el origen del atentado contra su vida. El acusado fue liberado en la audiencia.
Aún lleva las manos vendadas y el corte en su garganta apenas está cicatrizando. Han pasado casi dos semanas de la brutal agresión que Ricardo Camacho, exsubsecretario de Rehabilitación Social y defensor de Derechos Humanos, sufrió por parte de Harold Cueva, un joven venezolano a quien ofreció su ayuda para una denuncia en la Defensoría del Pueblo.
Ricardo hoy está seguro que ese hombre fue enviado para matarlo. Todo comenzó la noche del 15 de octubre. Camacho accedió a recibir al extranjero que lo contactó por redes sociales. Al día siguiente lo acompañaría a la Defensoría para que lo asesoraran sobre los trámites que debía realizar por un problema laboral. “Él decía que había trabajado en una empresa de gaseosas por tres meses y no le habían pagado”, reveló el agredido.
Esa noche todo transcurrió normalmente. Sin embargo, a la mañana siguiente Cueva habría atacado a Camacho con un cuchillo de su propia cocina. Le propinó 17 puñaladas.
Ahora, el exfuncionario contempla tres hipótesis sobre el porqué lo mandaron a matar. “Hace un año ayudé a una señorita que fue agredida por su pareja, el hijo de un fiscal reconocido. La acogí. Él me dijo que no descansaría hasta verme con la cara destrozada”, precisó.
Otra causa que para él pudo ocasionar el ataque son las fuertes críticas que ha hecho a la Policía sobre el excesivo uso de la fuerza. Finalmente considera que sus apreciaciones sobre el paro, en contra de las armas letales, también causaría malestar en algunas personas. “Como subsecretario de Justicia siempre actué correctamente por eso estoy seguro de que este ataque no viene de los PPL (persona privada de la libertad)”, aclaró.
Durante la audiencia de flagrancia en contra de Cueva, la fiscal se abstuvo de acusar al detenido, debido a que las lesiones de Camacho no comprometían órganos vitales.
“En la clínica se me fueron las lágrimas de la indignación”, refirió la víctima, cuyo tajo en el cuello estuvo a medio milímetro de la carótida, una arteria vital. Por pedido de la fiscal general, Diana Salazar, el viernes pasado, Ricardo interpuso una acusación particular por tentativa de asesinato en contra del venezolano.
Según Stalin López, abogado patrocinador de Camacho, la idea no es hacer un linchamiento en contra de la funcionaria, sino una valoración de los operadores de justicia en general.
Para el jurista es preocupante la acción de Fiscalía, sobre todo, porque eso posibilita la fuga del procesado. Él considera que se debería reformar el Código Orgánico Integral Penal, ya que tiene partes que atentan contra los Derechos Humanos y otras en las que casos graves no llegan a la acción pública por los días de incapacidad que determina el examen médico legal. “Se debería analizar la intencionalidad con la que el detenido procedió”, dijo.
En el caso de Camacho “es evidente que su vida estuvo en riesgo, fue necesaria una transfusión de cuatro pintas de sangre”, concluyó.
SEGURIDAD
Como medida de seguridad, antes de darle posada, Camacho hizo que el hombre entregara su cédula al guardia del edificio y que lo revisara.