La ciencia va tras más voluntarios
A unos les pagan por pasar en cama, a otros por comer... Hay también ensayos clínicos para probar fármacos.
¿Pasaría dos meses en una cama durante medio año o comería aguacate todos los días para colaborar con la ciencia? ¿Y qué dice de participar en un estudio para probar un dispositivo para tratar la eyaculación precoz?
Los grandes institutos de investigación del mundo publican cada cierto tiempo en sus páginas oficiales llamados a voluntarios para participar en sus estudios o ensayos clínicos. Muchos son tentados por compensaciones económicas, otros por ser parte de importantes hallazgos en la Medicina y también están quienes en un grado severo de su enfermedad no buscan dinero, sino ser parte de estudios experimentales que les den al menos una esperanza.
En el mundo, los científicos trabajan en una interminable lista de investigaciones. Unos las hacen para dar con curas a muchos males hasta ahora sin tratamiento, otros para crear fármacos más avanzados y algunos más para encontrar esa receta mágica para perder peso.
Y en todos esos trabajos, hay una fase en la que necesitan ser probados en humanos. Eso sí, se trata de estudios controlados y regulados por la ley. En algunos casos se necesita de personas sanas y, en otros, que padezcan determinada enfermedad.
¿En Ecuador funciona de la misma manera? Leonardo Bravo, director ejecutivo de la Asociación de Facultades Ecuatorianas de Ciencias Médicas y de la Salud, dice que el desarrollo de estudios clínicos tiene varias restricciones. Por eso, han pedido a las autoridades que se revise la efectividad del Reglamento 0075 que regula este tema. “Hemos solicitado que se faciliten los procesos, puesto que nuestro país se ha quedado atrás en este tema”, dice.
El docente e investigador Esteban Ortiz coincide en que la regulación local es muy estricta, lo que hace que haya solo seis estudios clínicos de Ecuador aprobados internacionalmente.