¡AHORCADAS CON UN CABLE!
Así fueron encontradas dos mujeres en la frontera con Colombia. Los datos preliminares que se recabaron en las indagaciones señalaban que posiblemente ya fueron amenazadas.
Una era ecuatoriana y la otra, colombiana.
Las hallaron tiradas junto a una vía.
Estaban atadas de pies y manos. Sus bocas tenían cinta de embalaje y un guaipe.
La moto en la que se trasladaban la incineraron. La comunidad quedó impactada por lo sucedido.
Brutal. Así fue catalogado el crimen de una colombiana y otra ecuatoriana, de 38 y 19 años, respectivamente, y cuyo caso ha dejado impresionado al poblado de la parroquia de General Farfán, conocida como La Punta, en la provincia de Sucumbíos (Oriente ecuatoriano).
Hasta ayer, la novedad era el tema de conversación de la gente, cuando supo por redes sociales que Rocío Santander y su amiga Anayeli Román yacían sin vida en medio de la vegetación. La Policía presume que el crimen de las chicas se perpetró cerca de la medianoche del 3 de noviembre pasado, en pleno feriado por Difuntos e Independencia de Cuenca.
Sin embargo, no fue hasta el día siguiente, alrededor de las 07:30, que una moradora hizo el macabro hallazgo. La testigo fue una señora cuyo domicilio está en la entrada a la vía llamada 10 de Agosto, la cual se encuentra en un recinto conocido como Proyecto San Miguel.
La señora, quien no recordaba ni siquiera su número de cédula al momento de hablar con la Policía, detalló todo. Se levantó temprano, el pasado 4 de noviembre, para ver su finquita, y mientras lo hacía se percató de una especie de bulto, en la orilla izquierda del camino de piedrilla.
Al acercarse vio que ese objeto era una motocicleta. Pero lo que realmente le llamó la atención fue que el vehículo de dos ruedas estaba completamente quemado. Eso se hizo más sospechoso y, al mirar detenidamente, el susto se apoderó de la residente.
Al frente de la moto calcin ada, en el costado derecho de la carretera, estaban dos cadáveres. Con el miedo a cuestas enseguida ella se puso en contacto con un vecino, quienes decidieron llamar al ECU 911 de Nueva Loja.
Desde la central de emergencias se dispuso que una unidad de Policía se desplazara hasta el lugar. A ese equipo también se unieron miembros de la Unidad de Criminalística (UCM).
Una vez en el punto, los uniformados comprobaron que la alerta fue cierta. Primero, identificaron a cada una de las víctimas, y después describieron exactamente la forma en que las localizaron: ambas fueron asfixiadas con un cable.
Santander estaba sin vida, recostada sobre su espalda. Sus pies fueron inmovilizados con cinta de embalaje, mientras que sus manos fueron atadas con un cable blanco, así como con una piola verde.
Esta colombiana también fue
Dicen que las víctimas arrendaban en una casa de General Farfán”. HABITANTE DE LA PUNTA
amordazada con cinta de embalaje y cuando revisaron detenidamente, los gendarmes descubrieron que dentro de su boca tenía un pedazo de guaipe. Luego hicieron un recuento de las heridas que Santander tenía en su cuerpo. Ella presentaba un fuerte golpe en su frente, en sus muñecas se notaban unos surcos y en las manos había laceraciones. En su hombro izquierdo, en cambio, se visualizaron excoriaciones.
Román, amiga de la extranjera, estaba cerca del otro cadáver. Ella fue localizada bocabajo, aunque inmovilizada casi de la misma manera que su allegada. Solo que en esta ocasión, la cinta de embalaje fue usada para atarla de pies y manos, como para amordazarla, y dentro de la boca había un trozo de guaipe.
En cuanto a las lesiones, la segunda fallecida tenía una laceración en el cuello, un hematoma en el lado izquierdo del rostro, así como una equimosis en el tórax. Todo esto fue puesto en conocimiento del fiscal Marco Calle, quien “delegó el levantamiento de los cadáveres, para que sean trasladados hasta el Centro Forense de Sucumbíos para las respectivas autopsias”, señala el informe.
De igual forma, todos los indicios encontrados en los cuerpos (como las cintas, cable y piola) fueron guardados como parte de la cadena de custodia. Por el momento no se ha determinado la identidad del o los responsables en el hecho criminal.
Incluso, los moradores de la zona no se atreven a dar mayores explicaciones sobre lo acontecido por temor a represalias. Uno de los habitantes habló con un medio de comunicación local y explicó que logró mirar los cadáveres.
“Salimos con un compañero de trabajo hacia una finca y nos encontramos con esta novedad”, dijo el hombre, quien evitó dar su nombre. Alrededor de ocho personas atestiguaron el hallazgo, tanto de la moto como de las chicas.
Ambas mujeres estaban semidesnudas, describió, y agregó que Santander y Román estaban una encima de la otra cuando las localizaron. “Unos amigos del recinto dijeron que las conocían. Sé que una de ellas trabajaba haciendo carreras en General Farfán”, finalizó el sorprendido morador, la mañana de ayer, cerca del sitio de la tragedia.
En el lugar todavía se observaba la huella que dejó el vehículo de dos ruedas quemado, la cual no se borraba a pesar de la pertinaz lluvia que caía.