¡Puñaladas misteriosas!
La víctima fue encontrada por su conviviente en el baño de su domicilio, amordazada y agonizando. Su hijo de días de nacido está desaparecido.
La muerte de una joven de 17 años es un misterio. No se sabe quién y por qué la mataron. Lo cierto es que contra ella se cometió un crimen atroz: la amarraron y la asesinaron a puñaladas.
Parientes de la menor están consternados. No encuentran explicación para tan horrendo crimen. Y más aún sabiendo que el violento acto se cometió en la vivienda donde habitaba la víctima, en la cooperativa Sergio Toral 1, al noroeste de Guayaquil.
Según contó el fiscal Wilson Álvarez, quien acudió al sector para indagar el caso, allegados de la chica la trasladaron al hospital de Monte Sinaí, con la esperanza de que no pierda la vida. Sin embargo, al llegar al sitio, los galenos comprobaron su deceso. El impactante y triste hecho no es lo único que aqueja a la familia de la adolescente. Además, el hijo de la fallecida, de una semana de nacido, está desaparecido, refirió Álvarez.
VISITA EXTRAÑA
A las 12:40 de ayer, dos hermanas de la occisa (de 13 y 10 años de edad), quienes estaban con ella en el domicilio, partieron a sus centros educativos. Al salir, las allegadas notaron algo curioso.
“Las hermanas han presenciado que llegó una amiga de la adolescente con un ciudadano, el cual se quedó frente al domicilio. La mujer era conocida de la víctima y no saben quién era el hombre”, refirió Álvarez. Lo que después sucedió en el predio es un enigma y materia de investigación para la policía.
A las 14:00, el conviviente de la difunta llegó a la casa y se topó con la brutal escena: la muchacha estaba en el baño, maniatada, amordazada y gravemente herida.
“Ha sido encontrada con varias heridas de arma blanca, en el pecho, en las piernas y en la espalda”, explicó el fiscal.
Agentes de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros (Dinased) acudieron a la vivienda para iniciar las indagaciones correspondientes. Los policías revisaron el interior del lugar, ubicado en una pendiente de piedras en la populosa zona porteña.
Los uniformados estuvieron allí alrededor de tres horas. Luego se retiraron, mientras allegados de la víctima cerraron la puerta de la casa con candado. Mientras aquello ocurrió, fuera del centro médico otros familiares se disponían a realizar los trámites para retirar el cuerpo.
Entre ellos estaba Manuel, un tío de la menor, quien aún no salía de su asombro por lo acontecido. “Ella no tenía ninguna enemistad ni enemigos en el barrio. Siempre fue querida por la vecindad. No hay motivos para que la hayan matado de esa manera”, dijo apenado.
El pariente refirió que la muchacha era una “chica de casa, humilde”, que no salía con cualquiera.
Además del bebé hasta ahora desaparecido, la menor dejó un niño de un año en la orfandad.
NO RESISTIÓ
Según el fiscal, la chica aún tenía signos vitales cuando la encontraron, pero murió en el trayecto a un hospital cercano.