Nació con alma de artesano
DESDE NIÑO AYUDABA A SU PADRE, AUNQUE ESTE Y SUS TÍOS LO ENVIABAN A PASTOREAR A SUS ANIMALES. HOY SU EMPRENDIMIENTO ES EXITOSO.
“No teníamos qué comer. Muchas veces esperábamos los carros de la Marina, que llegaban desde Salinas a La Libertad a botar alimentos buenos”. Los recuerdos de Fabián Toledo son aún frescos, duelen. Su infancia y su juventud le fueron difíciles.
Fabián es artesano en mueblería. Estudió solo hasta el bachillerato, pero la vida le ha premiado en un emprendimiento que hoy le da fruto para mantener a su familia que habita en el barrio Abdón Calderón, del cantón La Libertad.
Su mayor propulsor en el negocio de muebles fue su padre Luis Toledo, a quien le ayudó a trabajar desde los ocho años de edad. Iniciaron fabricando camas en el viejo taller, las mismas que eran distribuidas a la ciudad Guayaquil. En aquel tiempo, recuerda, “mis padres y mis tíos me enviaban a cuidar los chivos”.
Al pasar el tiempo, la distribución de camas se extendió a varias provincias del país, así como al vecino Perú, donde no tuvieron intermediarios, sino que viajaban en su vieja camioneta a entregar directamente a los almacenes. “Cuando llegábamos a las provincias, dormíamos en un parque hasta que los negocios abrieran y entregar el producto”.
Es amante del fútbol, a sus 47 años de edad aún es invitado a jornadas deportivas; gracias a su capacidad y velocidad en el arco se ha ganado el reconocimiento de su ‘gallada’, con la que se reúne cada vez que tiene tiempo.
Hace un año, Toledo se entregó junto a su familia a los caminos de Dios, para disfrutar de la parte espiritual.
Se ha negado a ser candidato a varias dignidades en la administración pública local, manifiesta que es feliz haciendo lo que gusta, confeccionar muebles, por lo que no desea tener enemigos.