Culpable por darle 6 machetazos
Para los deudos, la causa del crimen no está establecida.
“¿Qué estás haciendo Romera?”, era lo que George Romero le decía a su hija Luisa cada que la llamaba por teléfono. Son esas llamadas las que la mujer más extraña desde el 16 de julio pasado, cuando El Gato, como era conocido su progenitor, fue asesinado de seis machetazos, en las calles Catacoha y del Cooperativismo. El crimen conmocionó a la familia y a la ciudad de Santo Domingo por su brutalidad.
“Lo extraño demasiado...igual que mis hijos”, dijo con los ojos llenos de lágrimas. Ella acepta que no pasaban todo el tiempo juntos, pero que su comunicación era constante y compartían actividades que fortalecían su cariño.
Todo tipo de recuerdos graciosos e importantes sobre su padre llegaron a su mente, mientras esperaba el veredicto del Tribunal de Garantías Penales de Santo Domingo, que deliberaba en la sala 101 sobre el juicio a León Moreira por el asesinato de George.
El Gato era conductor profesional y tenía un tráiler. Solía llamar a Luisa para que con sus hijos lo acompañaran a Tandapi a lavar el vehículo pesado. “Nos íbamos a los chorros... o nos íbamos al río. Nos reíamos, como mi papá era gordito y tenía pancita, le decíamos que usaba puperas, porque se le subían las camisetas”, recordó.
Eran las 15:20 cuando la audiencia se volvió a instalar. Los tres jueces llegaron a una resolución por unanimidad y llamaron al procesado al banquillo de los acusados, junto a su defensor público. Moreira lucía delgado, ojeroso y con su cabello lleno de canas, un semblante totalmente distinto al de hace cinco meses cuando fue detenido. Exactamente veinte minutos después, en la sala retumbó la palabra “culpable”. Una niña, que estaba entre los familiares de la víctima rompió en llanto. Luisa alzó su rostro y gesticuló una victoria. Se había hecho justicia por la muerte de su padre.
León Ángel Moreira, quien era conviviente de su exsuegra, fue sentenciado a 22 años por el delito de asesinato.
La causa del crimen no ha sido esclarecida para los deudos y, al parecer, jamás se lo hará. “No hay explicación y creo que el señor Moreira nunca lo va a decir. Eso ya se lo llevan a la tumba el señor detenido y mi papá”, dijo con resignación Luisa.