Cartas de Alfaro, orgullo manabita
En los escritos, el expresidente se comunicaba principalmente con su familia. La muestra es acompañada con fotos.
Una novedosa exhibición muestra una faceta distinta de Eloy Alfaro. Cariñoso, sentimental, paternal, familiar y, en pocas palabras, íntima. Aquella exposición está disponible para el público en el Centro Cívico Ciudad Alfaro, de Montecristi, Manabí, que adoptó aquel nombre precisamente en honor al prócer manabita.
‘Alfaro a través de sus cartas’ es el nombre de la muestra, conformada por doce facsímiles (copia o reducción de un documento), entre correspondencia y fotografías de la vida familiar del General.
La exposición está acompañada de fotografías, con la finalidad de acercar a los visitantes a su núcleo íntimo, conectándolos con una faceta más personal, donde se refleja a un Alfaro amoroso y hogareño, pero también ayudando a resolver asuntos cotidianos desde el campo de batalla.
Gabriela
Arias, analista de Memoria y Patrimonio de
Ciudad Alfaro, indicó que algunos de los documentos históricos en exhibición pertenecen a la colección digital Irene Márquez de la Plata, que se encuentran en el sitio desde el 2010. “Las cartas originales reposan en la reserva del Archivo Histórico de Ciudad Alfaro, bajo las condiciones climáticas adecuadas que garantizan su preservación”, precisó.
Las cartas datan del siglo XIX y fueron escritas a puño y letra por el Viejo Luchador, a través del uso de tintas ferrogálicas de la época. Este tipo de material fue también conocido como tinta de corteza de roble, siendo un pigmento entre púrpura - negro o marrón - negro, elaborado a partir de sales de hierro y ácidos tánicos de origen vegetal.
Arias dijo que las misivas tienen ciertos deterioros, a causa de la cantidad de veces que fueron leídas y la manipulación que tuvieron antes de llegar al
Archivo Histórico. Es evidente ver en ellas dobleces y ciertos orificios.
¿QUÉ DICEN?
La carta más antigua dentro de la colección es una del año 1887. Fue enviada desde Lima, capital de Perú, hasta Montecristi, Manabí. Iba dirigida a su esposa, a quien Alfaro llamaba cariñosamente Anita de mi alma.
En ella, el General se muestra un poco nostálgico porque aún su hijo Bolívar no ha podido gozar de su cariño, de las caricias de su padre. “Es el único que no ha caminado sobre mi pecho, y montado a caballo como lo han hecho Colombia, Olmedo, América y Esmeralda”.
Asimismo, Alfaro recomienda a su esposa que uno de sus retoños no vaya a la escuela que Anita le había indicado. Sugiere en la carta que se mantenga en casa hasta que le consigan una buena profesora especial.
Alfaro pide además que le sean enviados unos documentos que dejó guardados en un baúl, unas copias de doña María Ascázubi de los primeros meses de 1883, donde le avisan de los planes tenebrosos que tienen los terroristas contra él.
En la exhibición, una de las cartas escritas tras un viaje a Quito en 1896, Alfaro le cuenta a su amada que en el camino le dio soroche. Es decir, sufrió estragos a causa de la altura del clima capitalino. “Una especie de mareo, después se me hinchó algo la
cara, que dio por resultado la extracción de una muela y, por último, dolores de barriga que me han tenido unos días incómodo”.
Allí mismo se lee que a mediados del siguiente mes se vence el pagaré de dos mil sucres que debía cancelar por una prima del seguro en la New York Life Insurance Co. Informa a su esposa de un préstamo que va a ser pagado luego sin ningún problema porque su sueldo va a aumentar razonablemente.
ANTES DE LA HOGUERA
Arias destaca que entre la colección de cartas hay una enviada el 12 de enero 1912, 16 días antes del asesinato de Alfaro. En esta misiva, el General da a conocer a su hija América la convulsión que existía en la época y la situación actual que vivía el país.
“Mi hijita América, recordada de mi alma: Mucho les recuerdo, especialmente al niñito cuyos cariños me hacen falta. Esto se ha complicado mucho y reina la agitación consiguiente. Los intrigantes han puesto en juego todo su poder para aburrirme y conseguir que me regrese a Panamá. No les he hecho caso”, escribió el expresidente de la República.
EL DATO
La mayoría de cartas tiene la firma de Alfaro en la parte final de cada escrito.