“¡Estoy sola y feliz!”
26 años después, regresa a Ecuador, cargada de metas y proyectos, ávida de aportar con todo lo aprendido en el camino.
Con un rostro icónico, Ximena se convirtió en la imagen de la noticia en Ecuador y Colombia. Pero, más allá de haberse convertido en un personaje referente en la audiencia del país del norte, su aporte invaluable en la reintegración con los paramilitares y guerrilleros, devino en el otorgamiento de la nacionalidad colombiana.
“Llegué a Colombia temerosa, pero convencida de mi preparación y experiencia... Y me propusieron de inmediato conducir el noticiario de mayor rating allá, NTC Noticias, y creo que aporté para que eso continuara. Pero pienso que en la vida uno tiene que saber cerrar ciclos a tiempo, por lo que tomé la decisión de dejar las cámaras luego de 9 años, y tuve la oportunidad de trabajar en la Alta Consejería Presidencial para la Reintegración, por lo que conocí la Colombia profunda, la del conflicto, y a los actores de semejante barbarie. Fue una experiencia que cambió mis prioridades de vida, valoré lo que normalmente se pasa por alto. Soy muy agradecida con ese bello país que también es mío, donde me permitieron construir una carrera de credibilidad y respeto, y eso se logra con mucho trabajo, disciplina y constancia”.
Al dejar la televisión, Ximena se reinventó, preparándose en comunicación estratégica, lo que le abrió importantes espacios en entidades públicas y privadas, con una trayectoria que fue abonando con su destreza profesional.
Al volver, ha sido capaz de desprenderse del reconocimiento y el respeto que sembró, pero ¿por qué, para qué regresar? Y rotunda responde: “Muy sencillo: la familia. Es importante estar cerca, porque la única verdad del ser humano es la familia. Y, claro, he querido retornar a mis raíces y poner en práctica lo aprendido para aportar a mi país. Tengo proyectos en curso en el ámbito radial y empecé a trabajar con Benjamín Ortiz en su compañía, en el área de comunicación estratégica, estoy muy feliz, iniciando una nueva ruta”.
Evita exponerse de más, guardando ciertos temas personales con recelo. Pero, elocuente y, con su característica dicción, habla sin reservas de lo que quiere compartir y, al recordar momentos significativos de su vida, llora de repente, mostrando una fragilidad insospechada. Sin embargo, su fuerza de carácter la llevó a superar dos divorcios -que forman parte de su pasado-, y el mismo cáncer que no fue fácil sobrellevar. “La noticia de la enfermedad produjo un primer impacto dramático y pasó por varias etapas entendibles pero superables, mas nunca preguntándome ¿por qué a mí? Ahora estoy bien, pero muy atenta. La muerte es un cambio de estado, es un descanso. La vida es muy corta y la muerte muy larga. Me produce curiosidad, no miedo ni angustia. Cuando llegue será bienvenida, sin dramatismos”.
Su belleza ha madurado con el tiempo, a sus 67 años es una mujer hermosa. Sobria e impecable, asegura que ha pasado por el quirófano una sola vez, para borrar la huella de la operación del cáncer de tiroides que le dejó en el cuello.
Nacida en Brasil, Ximena siempre ha brillado con mucho carisma, lo que la llevó, incluso, a ser Miss Ecuador en 1969.
A los 28 años, Alfredo Escobar le propuso conducir el noticiario estelar de Teleamazonas. A regañadientes aceptó el casting, sin imaginarse que ello era el inicio de una carrera apasionante, que rápidamente la convirtió en una figura pública destacada, bajo la tutela de Lolo Echeverría, a quien considera su mentor.
En este punto, admite la autora de esta entrevista, que fue Ximena quien la inspiró a ser periodista y a trabajar en la pantalla chica. “Más tarde, la vida nos juntó en Gamavisión, cuando Marcel Rivas me dio a la oportunidad de empezar la carrera como presentadora de noticias y a Ximena, como la gran figura del noticiario estelar, consolidada y toda una estrella”.
Sobre la fama, dice Ximena que hay que saber manejar.
¿Cuáles son sus hobbies?
La música, la lectura. Soy poco urbana, amo el campo y los animales.
¿Tiene miedo a envejecer?
Sería absurdo tener miedo a algo inevitable e irreversible. Creo que se debe envejecer con dignidad, pero con cuidados para no echarse al abandono.
¿Cuáles son sus rutinas de belleza?
Con productos naturales y poniéndole alegría a la vida. La actitud es importante, buscar la placidez en lo personal y ser mesurada.
¿Cambiaría algo de su vida?
Siempre se puede hacer y ser mejor.
¿Cuál es su mayor anhelo?
Lograr metas con ética, principios, valores y respetando siempre mi entorno.
¿Sola o acompañada?
Estoy sola y feliz.