¡Qué rico bollazo!
Bollo Triple X lleva pescado, camarón y concha. En algunos lugares lo preparan al estilo esmeraldeño.
El bollo es un plato típico ecuatoriano, que combina los sabores del verde, los mariscos, el maní, y en algunos sectores del coco, lo que ha hecho al preparado tan apetecido por propios y extraños.
La preparación de la masa está llena de secretos, según los expertos, además de uno que otro conocimiento heredado.
María Bangueras, de 50 años, es oriunda de ‘La Tolita’ Pampa de Oro, una comunidad perteneciente al cantón Borbón, en Esmeraldas, emigró a Guayaquil en la década de los
80, queriendo mejorar el porvenir para su familia, con quienes habita en las calles la K y la 14, al suroeste de la Perla del Pacífico.
Desde hace ocho años decidió emprender en la preparación y venta de bollos de pescado, gracias a la buena sazón que tiene para la comida típica, en especial para los apetecidos bollos o tamales, como se los conoce en Esmeraldas.
Ella decidió idear una especie de fusión culinaria, reemplazando el coco por maní, lo que le da la consistencia y textura del bollo que se consume en Guayaquil.
La necesidad de generar ingresos y no tener un empleo estable la motivaron a que se decida y emprenda finalmente en el negocio.
Anunció su producto entre los vecinos, quienes ya conocían de las habilidades culinarias de María, preparó veinte envueltos que se le acabaron rápidamente, lo mismo ocurrió en los siguientes días.
Actualmente en su local prepara a diario cerca de 100 platos cada mañana.
PASO A PASO
Bangueras ralla todos los días cerca de dos racimos de verde de forma artesanal; entre las 08:00 y las 12:00 prepara la masa y realiza la mezcla de los ingredientes, hasta formar los envueltos.
Uno de los platos más solicitados es el bollo ‘Triple X’, preparado con tres mariscos: camarón, concha y pescado (en Esmeraldas lo preparaba con coco, en Guayaquil lo elabora con maní).
Marcelino Vernaza, un asiduo comensal, fanático del plato, comenta que asiste al lugar por el sabor especial, y porque cree que el plato es afrodisíaco, “la fusión de sabores de los mariscos lo hace especial”, acotó el cliente.
El local lleva el nombre de ‘Los Bollos de Tía Cachita’ y se encuentra ubicado en la 29 entre Francisco Segura y callejón Chambers, está abierto de lunes a sábado, desde muy temprano en la mañana hasta las 15:00.
Así como Bangueras, otras mujeres emprenden por necesidad o debido a la falta de oportunidades de empleo, un ejemplo es Sílfida Corozo, quien decidió junto a su familia preparar bollos para inicialmente vender en su sector a los vecinos, fue entonces cuando comenzaron a regarse por la zona los comentarios sobre la buena sazón de doña Sílfida, y el negocio creció.
ANÉCDOTA
Un hecho curioso fue que una vez llegó un policía en servicio a degustar un bollo; con el paso de los días cada vez más agentes del orden llegaban hasta el lugar, tras la recomendación del pri
mero. Actualmente sus mejores clientes son los uniformados, quienes en ocasiones llenan el local y en las afueras hay varios patrulleros estacionados, en especial los fines de semana.
Corozo es oriunda de la Comunidad San José, perteneciente al cantón Eloy Alfaro, al norte de Esmeraldas. Llegó a Guayaquil hace 40 años. El negocio se llama ‘Los Bollos de Mamita’, está ubicado en las calles 31 y la M, atrás del Batallón del Suburbio, en el sur oeste de Guayaquil.
Corozo tiene una particularidad al presentar su producto, los forra con papel aluminio sobre la hoja de plátano, para que se conserve mejor el sabor, según Corozo. “Hay clientes que los llevan o envían a los Estados Unidos congelados”, menciona Sílfida.
Todos los viernes durante la noche, en unión de su familia, elabora 200 bollos, que son vendidos al día siguiente.