¡Regresó a casa, pero en ataúd!
Hace un año, por trabajo, se radicó en el Puerto Principal, pero la noche del sábado junto a un amigo y dos chicas se pusieron a beber en su departamento.
Hasta la tarde del pasado domingo los anhelos de Diana Molina estaban claros. A finales de febrero llegaría a Guayaquil para pasar las fiestas de carnaval en compañía de su esposo. Y en marzo, junto a su hija, se radicarían en el Puerto Principal.
Pero una trágica noticia no solo adelantó su viaje a esta ciudad, sino que además empañó sus sueños. Su esposo Jorge Alexander Bravo falleció, porque al parecer le suministraron alguna sustancia alucinógena.
El deceso se produjo la madrugada del domingo, en el interior del departamento donde vivía, ubicado en el sector de Mapasingue Este, en el norte de Guayaquil.
Bravo, de 30 años, era oriundo del cantón Santa Rosa, provincia de El Oro. Su cadáver fue hallado a las 16:00 del domingo por un vecino que se alarmó al ver que la puerta de ingresó estaba abierta.
“Mi esposo estaba sobre la cama, no tenía puesta la camisa, mientras que a su amigo lo hallaron acostado en un mueble. Se les llevaron sus pertenencias”, sostuvo la mujer.
La señora dijo que presuntamente Jorge estuvo bebiendo con un amigo y con dos chicas y que estas al parecer le suministraron el alucinógeno, que mató a su esposo y dejó a su acompañante inconsciente.
Con pesar la viuda contó a EXTRA que hace un año su cónyuge se radicó en Guayaquil, porque “le salió una mejor oferta laboral como soldador”.
Recordó que la última vez que vio con vida a Jorge fue en diciembre pasado, cuando junto a su niña de 8 años llegaron al Puerto Principal para pasar Navidad. Las festividades de
Año Nuevo las celebraron en su tierra natal.
“Ya habíamos hecho planes para visitarlo en febrero. Estaba sacando los documentos de la escuela donde estudia mi niña para hacer el traslado a Guayaquil, para que estudie en esta ciudad”, contó llorando la mujer, mientras en los exteriores del Laboratorio de Criminalística esperaba el cuerpo de su amado.
Molina recordó que estaba en su hogar cuando recibió la llamada de una parienta para darle la desagradable noticia.
“No creí que estaba muerto, pensé que estaba hospitalizado, quizás grave. Cuando llegué a Guayaquil aún tenía la esperanza de que lo encontraría vivo”, añadió entre lágrimas.
Diana y Jorge tenían una relación sentimental de 10 años y producto de su amor procrearon una niña.
TRASLADO
La tarde de ayer los restos del orense fueron llevados hasta su tierra natal para ser velados y sepultados.