¡ESTUVO A PUNTO DE AHORCARSE!
Un llamado de Dios hizo cambiar su fatal destino. Hace 3 años no consume drogas, dijo.
“A marré un cinturón a la viga de mi casa, me subí a una silla y solo pensaba en acabar con mi vida. Un segundo antes de suicidarme algo me detuvo. Hoy sé que era Dios que tenía un plan para mí”.
Así relató Wilson Saud, El Vakerito, los excesos en su vida. El animador de televisión contó que había decidido colgarse porque su vida era un caos. “Solo pensaba en droga y más droga. Me gastaba todo mi dinero en ellas y no había como retomar el control de mi vida”, recordó.
Incluso hasta estafó a un animador del reality para que le diera 400 dólares. Esto con el cuento de que a su mamá le había caído el techo de su casa y estaba internada en una casa de salud. “¡Todo por droga!”.
A LA CLÍNICA
Una vez, Wilson había regresado a su casa tras pasar algunos días en un hotel en el que se encerraba para consumir cocaína.
Al llegar, encontró la puerta de su dormitorio abierta. “Le pregunté a mi madre y no me dio explicación. Estaba todo sucio, apestoso y no me importaba. Simplemente me recosté en mi cama y, al poco rato, varios hombres entraron y, a la fuerza, me llevaron a la primera clínica de rehabilitación”.
El Vakerito pedía a gritos que no lo dejaran. Amenazó con hacer un escándalo en la televisión, pero no lo escucharon. Y así fue a parar un par de meses a un centro de desintoxicación.
Sin embargo, al salir de la clínica volvió al consumo. Tiempo después fue a parar a otra clínica por lo que la prensa de farándula dejó todo al descubierto. “Lo cierto es que tampoco funcionó, porque no seguí el tratamiento y más que nada eso fue otra forma de estar en pantalla”, relató.
Y fue luego de que volvió a drogarse hasta el límite que tocó fondo. “Me gasté todo mi sueldo y me perdí. No sé qué pasó. Estaba en una fiesta de gente de televisión y farándula drogándome y cuando me di cuenta aparecí en una vereda del Guasmo (sur de Guayaquil). Esto con gente que jamás había visto en mi vida. Estaba sin un solo centavo. No tenía ni siquiera para regresarme a casa”.
Fue ese el punto de quiebre en su vida. “Dije que esto no podía seguir así y entré a un centro de desintoxicación”.
CAMBIO RADICAL
Lo primero que hizo fue alejarse de la televisión. “Me propusieron que fuera parte de Intrusos, de RTS (programa de farándula), y pese a que me ofrecieron un buen sueldo les dije que no”.
Entonces decidió usar su fama para dar testimonio de fe y ayudar a otros jóvenes que también habían caído en consumo. “Comencé a buscar a los ‘hacheros’ que viven en las calles. Les contaba de mi experiencia y los invitaba a cambiar”, comentó.
“Mi mayor alegría fue cuando en Navidad rescaté a dos jóvenes, quienes, por las drogas, comían basura en las calles. Cuando cenaron pavo y pan de pascua su rostro era de felicidad. Eso me llenó tanto que decidí seguir con mi labor”.
Actualmente, Wilson lleva tres años ‘limpio’ de drogas y ahora tiene más de 50 ‘ahijados’, a 20 de ellos los ha ‘salvado’ de las drogas. “Laboro con una fundación donde pongo en práctica el sistema de neuroplasticidad (capacidad del cerebro para adaptarse y cambiar como resultado de la conducta y la experiencia), con el cual incentivamos un cambio de pensamiento en los jóvenes”, explicó el animador.
Anhela tener su propia clínica de rehabilitación para ayudar a los adictos de manera gratuita. “Sé que lo voy a conseguir pronto”, finalizó el Vakerito.
Así opina
Cuando desperté en una acera en el Guasmo, drogándome con desconocidos, puse un freno”