Loly 2.0, el loro-robot con espíritu humano
El ave cibernético trabaja en el desarrollo de las habilidades de niños, especialmente con autismo. Participa en certamen de Unesco.
Una figura semejante a un loro de 60 centímetros sorprendió a estudiantes de tres escuelas de Quevedo. Ellos comprobaron que era un robot.
El pajarraco cibernético con coraza en forma de plumaje recibió a los chicos en el Centro de Investigación de Sistemas Computacionales (Cidis), del campus Prosperina de la Escuela Politécnica del Litoral (Espol). La plataforma robótica fue bautizada como Loly 2.0.
El robot cuenta con aplicaciones que incluyen juegos didácticos para el desarrollo de habilidades sociales en niños, especialmente a aquellos con autismo. La propuesta busca descubrir formas de educación para menores de 4 a 7 años que incorporen tecnologías en el proceso de enseñanza.
Loly 2.0 toma forma desde el 2002. Fue propuesto por Cidis y la Facultad de Arte, Diseño y Comunicación Audiovisual (Fadcom). También contribuyen especialistas de la Federación Ecuatoriana de Espectro Autista (Fedea).
Nayeth Solórzano, directora del proyecto y docente de Fadcom, indica que se busca crear aplicaciones que se pueden utilizar en celulares o tabletas con innovadoras formas de aprendizaje lúdico.
¿Por qué se escogió como imagen a un loro, así como su nombre? Fabricia Hurtado, alumna de la Fadcom y una de las promotoras del proyecto, comenta que es producto de un análisis entre las mascotas que más admiran los pequeños.
“Descubrimos que por su tamaño y vistoso color era ideal un ave. Lo bautizaron Loly porque es fácil de captar por los niños”, explica.
Loly 2.0 interactúa con los escolares y los motiva a jugar mediante la integración y reproducción de movimientos mecánicos, audio y gesticulaciones en tiempo real conectados a una aplicación lúdica.
El robot da instrucciones para que contesten algunas preguntas. Si responden correctamente los felicita; en caso de equivocarse, los anima para que no se den por vencidos.
Dennys Paillacho, investigador del área de Robótica, indica que las aplicaciones del prototipo mejorado permiten complementar la enseñanza del menor y recopilar la información del avance de los conocimientos adquiridos, a través de una plataforma on line.
Loly 2.0 tiene una conexión de termomotores que le permiten efectuar interacciones directas con los chiquillos. Fue diseñado en base a pictogramas (signo icónico dibujado y no lingüístico) para abarcar diferentes niveles del menor.
En la cabeza del robot instalaron una cámara para que los niños autistas fijen su mirada y no se entretengan en otra actividad.
“La cámara rastrea el nivel de atención hacia el robot, y su aspecto externo permite crear un ambiente más amigable”, dice Jonathan Paillacho, uno de los alumnos que armó el robot.
Loly 2.0 es parte de MIDIAMEl, proyecto nominado al premio Rey Hamad Bin Isa AlKhalifa de la Unesco, por el empleo de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC´S) en la educación.
DATO
Buscan respaldo económico para que el robot permanezca activo, pues solo la aplicación costó 8.000 dólares.