¡AMIGOS, AMOR Y MUERTE!
✓ Familiares de la mujer envenenada en el sur de Guayaquil cuentan que le dieron toda la confianza al sospechoso desde la infancia.
Adriana Camacho Bermúdez y Érick Ortega Narváez se conocieron cuando eran niños. Crecieron en el mismo barrio, jugaron juntos y de adolescentes su amistad se fortaleció. Hace un año, luego de que ella se separara del padre de su hijo, comenzaron una relación amorosa.
Los padres de ella aceptaron el romance, porque conocían a Érick como un buen muchacho y, además, porque era su vecino. Los domicilios de las dos familias están ubicados a escasos 15 metros de distancia. Adriana residía en una villa del sector y él, en un departamento, dentro de un condominio, en el sur de Guayaquil.
Pero Érick, que luego de ser su amigo pasó a ser su novio y después su conviviente, de un momento a otro se habría convertido en la peor pesadilla de ella y de su hijo, de 6 años.
Patricia Bermúdez, madre y abuela de los fallecidos, confirmó a este Diario que Adriana y Érick tenían más de un año de relación y que se conocían desde la infancia.
“Él (Ortega) jugaba con Adriana y con mis otros hijos, entró a mi casa varias veces, luego se enamoraron. Le dimos toda la confianza porque lo conocíamos desde niño y no imaginamos sus oscuras intenciones y la maldad que iba a cometer”, dijo la progenitora.
La señora aseguró que su hija le había comentado de los problemas con su pareja. Tenía intenciones de terminar la relación amorosa.
“No sabemos qué pasó, ni cómo la mató, pensamos que actuó en complicidad con otra persona y queremos que el hecho sea investigado como un femicidio”, manifestó Patricia.
El día de la muerte de Adriana y de su niño, el pasado lunes, Érick llegó con una maleta a su local, ubicado en un centro comercial del sur porteño, y se habría llevado el dinero de la venta del día.
Otro allegado de las víctimas también dijo que estaba sorprendido por la actitud y frialdad con la que Ortega habría acabado con su conviviente y su hijastro.
“Para nosotros era nuestro familiar, lo conocíamos de toda la vida. Ahora solo queremos justicia y que pague por lo que hizo”, mencionó.
En el sector, los vecinos también están alarmados por lo ocurrido con la pareja. Fernando Alvarado dijo haber conocido tanto a las víctimas como al sospechoso.
“A Érick siempre lo vi como un joven correcto y decente, pero no sabemos qué le pasó a este muchacho. Ellos se criaron en el barrio. Estamos consternados por lo que ha ocurrido”, comentó Alvarado.
VERSIÓN DIFIERE DE AUTOPSIA
David Nelson, el fiscal que tomó procedimiento en el momento de la detención de Ortega, explicó que el sospechoso se acogió al derecho del silencio, pero que los policías que lo capturaron, informaron que de forma libre y voluntaria él habría manifestado que ahorcó a Adriana y a su hijo.
“Pero esto difiere del resultado de la autopsia en la que no se observa violencia por ahorcadura, sino por envenenamiento. Además en la llamada que realizó a su mamá dijo estar arrepentido de lo que le hizo a su conviviente y a su hijo”, sostuvo el funcionario.
El fiscal agregó que cuando Ortega fue llevado a la Fiscalía lucía desorientado.
6
AÑOS de diferencia había entre Adriana, de 36, y Érick, de 30.
LAS CLAVES
Lo localizaron en Montañita, Santa Elena
1. El fiscal Nelson contó que Ortega fue localizado por la llamada telefónica que hizo a su madre y porque utilizó una tarjeta de crédito de la víctima.
Piden reformulación de cargos
2. El Centro Ecuatoriano para la Promoción y Acción de la Mujer, Cepam, pidió que el sospechoso sea procesado por el delito de femicidio y no por asesinato.