¡Cerraron camal insalubre!
Descuartizaban a los animales con herramientas rústicas; ponían la carne en el piso... y otras causas más sirvieron para la clausura definitiva.
En Yaruquí, al norte de Quito, funcionaba un camal clandestino. Y la evidencia fue encontrada por la Unidad de Inteligencia contra el Abigeato (UICA): varias reses habían sido faenadas en condiciones insalubres.
Con herramientas rústicas supuestamente despostaban a los animales, luego dejaban la carne sobre suelo o en mesones de cemento. También la metían en grandes envases plásticos en condiciones antihigiénicas.
Miembros de la UIAC de la Policía Nacional realizaron las investigaciones con el fin de reducir el delito del abigeato en Pichincha.
Tras ser alertados de que se faenaba clandestinamente ganado vacuno y porcino en un inmueble, ubicado en las calles Perceo y Panamericana E-35, llegaron al sitio.
Los uniformados encontraron seis animales muertos y uno que estaba listo para ser sacrificado.
Los agentes tomaron contacto con el dueño, quien justificó ser el propietario del ganado con la documentación respectiva.
El hecho fue reportado a las autoridades de la empresa de Rastros del Municipio de Quito y de Agrocalidad, quienes observaron que la carne de la reses estaba a la intemperie sin las normas de bioseguridad.
No contaban con permisos para dicha actividad y, por lo tanto, esa carne no era apta para el consumo humano.
Todo fue decomisado por la Empresa de Rastros para su respectiva incineración.
El camal clandestino fue clausurado definitivamente con el fin de precautelar la salud de los consumidores y moradores que habitan por los alrededores del sector.