Un birrete a la superación
El joven que tiene un 40 % de discapacidad intelectual se graduó como bachiller con una alta puntuación. Excompañeros reconocen su esfuerzo.
Una fotografía que capta el momento en que un joven jura la bandera del Ecuador es uno de los tesoros preciados de Liliam Obregón. Incluso es el único retrato que permanece sobre la mesa de centro de su hogar, situado en las calles Argentina y Guaranda, sector céntrico de Guayaquil.
El protagonista en la gráfica que llena de orgullo a la ingeniera comercial es la de su nieto Omar Díaz, quien el pasado 28 de febrero le dio otra alegría al recibir el título de bachiller.
El joven de 19 años ha demostrado que el 40 % de discapacidad intelectual que padece no ha sido impedimento para superar retos.
Los 8,79 en la puntuación promedio de aprovechamiento y los 9,25 en la prueba Ser Bachiller son ejemplos de la autoexigencia en los estudios.
“Mi niño llegaba del colegio y descansaba un poco para después dedicarse de lleno a los deberes. También me ayuda en las tareas del hogar”, destaca Liliam, quien se quedó a cargo Omar cuando era un niño, luego de que sus padres se separaron.
Ella lo ayudó a criar con lo que ganaba como funcionaria del área administrativa de la Penitenciaría del Litoral, donde se jubiló hace ocho años tras laborar durante tres décadas.
El chico se siente agradecido y consciente del esfuerzo de su ser querido, por eso quiere darle más alegrías.
Revela a Diario EXTRA que las siguientes metas serán profesionalizarse en el desarrollo de software y convertirse en actor de televisión.
“Soy fanático de la tecnología, hay mucho por descubrir. También disfruto de las buenas películas, de los grandes actores”, expresa.
Su abuela considera que no son ideas descabelladas las proyecciones de su único nieto, porque si se lo propone seguro las conseguirá. Por eso no duda en seguir apoyándolo “porque para eso estamos”.
Sus excompañeros de la academia naval Altamar lo recuerdan como una persona amigable, colaboradora, exigente y responsable.
El reconocimiento del exalumno fue resaltado durante la graduación, que se desarrolló en el Teatro Centro de Arte. Allí recibió los aplausos de los otros 256 cadetes bachilleres, así como de padres de familia, profesores y autoridades.
El director del plantel, Guillermo Vásquez, resalta en el chico su desempeño y por evitar que le tengan compasión por su enfermedad.
“Siempre se esforzó para que sea tratado como una persona normal, no limitada. Nunca se sintió disminuido, siempre estuvo activo y dispuesto a colaborar con sus amigos y profesores”, añade Vásquez.
Ahora Liliam espera que a Omar se le abran las puertas en el campo laboral, aunque está consciente de que no es nada fácil, por las condiciones económicas del país. “Sin duda será un aliciente para que mi pequeño demuestre que está capacitado para rendir como una persona normal”, remarca.