¡Dos décadas conservando una tradición!
Este dulce es parte de la cultura montuvia de la Costa ecuatoriana. En Vinces, Los Ríos, se la expende en tarrinas.
Cuando Mauro Véliz Ramírez pone al fuego una olla llena de pechiches, el aroma que emana la cocción de esta fruta se percibe en algunas viviendas de la ciudadela La Virgen, en el cantón Vinces.
De esa forma sus vecinos saben que pronto estará a la venta la tradicional conserva de pechiche que ofrece en su puesto de dulces, ubicado en las calles Sucre y Olmedo, en los bajos de la unidad educativa José María Velasco Ibarra.
Mauro lleva más de dos décadas preparando este dulce que ameniza las reuniones familiares y hasta quita el antojo de las embarazadas, asegura el comerciante, de 81 años.
Actualmente es el único que aún comercializa el postre en París Chiquito, como se le llama a Vinces, y debido a la gran demanda colocó un letrero en la ventana de su domicilio, hasta donde acuden a comprarle tarrinas llenas de conserva.
El hombre contó que su hija, Maritza Véliz Mejía, es la única que lo ayuda a mantener viva la tradición, dedicándole unas horas de su tiempo a preparar la mezcla de especias que dan sabor y textura a la conserva. Previo a la cocción de la fruta, que dura entre tres y cinco horas, la dama agrega azúcar o panela y disminuye el fuego hasta conseguir la consistencia pastosa del dulce.
El pechiche, cuyo nombre científico es vitex cymosa, es un árbol maderable de grueso tronco y abundante ramificación, que crece en diversas zonas del Litoral ecuatoriano. Sin embargo, cada vez se ven menos en las zonas rurales de Los Ríos, debido a la deforestación para elaborar canoas y carbón.
Antes de la llegada del invierno sus ramas empiezan a florecer y durante el mes de enero brotan las pepas verdes, que luego cambian a una tonalidad oscura. Para entonces la fruta ya habrá alcanzado su madurez y empezará a caer al piso, de donde es recogida en tachos, antes de seleccionar las pepas que irán a la olla.
EN FOGÓN DE LEÑA
En el cantón Palenque, Alexa Zurita prepara conserva de pechiche para disfrutarla con sus familiares, pero si alguien le pide que le venda un poco ella lo hace, aunque es muy raro, ya que prefiere obsequiársela a sus vecinos. En su casa ya es tradición prepararla mientras dure la temporada del fruto y para ello utiliza ollas de aluminio o de barro, que concentran mejor el sabor en el fogón de leña. De ahí que las especias pueden ser anís estrellado, canela, pimienta dulce o clavo de olor. El dulce estará listo cuando el agua se haya consumido y la cáscara empiece a desprenderse con facilidad.
La apariencia del postre es de color negro, similar al dulce de higos, pero de masa compacta. Se lo come con pan o galletas, aunque hay que tener cuidado con las pequeñas semillas, que están en medio del fruto.
PUEBLO LLEVA SU NOMBRE
El pechiche transcendió tanto que hasta el nombre de una parroquia del cantón Puebloviejo le hace honor al fruto que había en abundancia en aquella zona.
Según la historia, Puerto Pechiche fue llamada así debido a que en el lugar existían varios árboles alrededor de una cancha y muy cerca estaba el río llamado Puerto de Oro, hasta donde llegaban las canoas desde el cantón Vinces.
Años más tarde los habitantes del lugar decidieron nombrar al pueblo Puerto Pechiche, aunque ya no existan muchos árboles de este tipo en la zona.
✓ EL DATO
Los pocos árboles de pechiche que quedan están en pequeñas fincas y plantaciones agrícolas, de donde se obtiene la cosecha para comercializarla en los mercados.