¡Playas desiertas!
En plena temporada alta, no llegan los bañistas.
El golpe para el turismo de la península de Santa Elena es “durísimo”. La emergencia sanitaria decretada a nivel nacional hizo que desde ayer las playas de los balnearios de Salinas, Ballenita, Ayangue, Montañita, Olón y otras luzcan totalmente vacías.
“No hay nadie, ni en las playas ni en los locales. No hay turistas”, se lamentó Luis Tenempaguay, vicepresidente de la Cámara Provincial de Turismo de Santa Elena.
En todos los balnearios, desde ayer comenzó a regir la disposición de cerrar, durante 15 días, bares, discotecas y otros sitios de concentración masiva. Todo con el fin de contener la expansión de contagios por el coronavirus.
Tenempaguay confirmó que el impacto ha sido inmediato. “Los turistas han cancelado todo: hoteles, reservaciones en restaurantes, operadoras, hay gente que venía y que también salía de la Península, y ahora no hay movimiento alguno para el sector”, recalcó el dirigente.
Para ejemplo, lo que ocurrió con un grupo de 12 personas que este fin de semana viajarían desde Guayaquil a Salinas y habían pactado ya su estadía en el hotel Sunch Beach. El jueves, luego de la cadena de la ministra Catalina Andramuño, Rosita Mejía, quien se había encargado de realizar dicha reservación, llamó y canceló. Los cuartos lucirán vacíos.
“Antes, para esta fecha igual teníamos turistas. Como quiera, uno podía ganar sus ingresos durante esta temporada, pero ahora vemos que no está llegando gente, eso es preocupante porque nosotros vivimos de esto”, mencionó uno de los parasoleros de la playa de San Lorenzo, de Salinas.
La situación en ese mismo sector cambió un poco en la tarde, cuando no más de cien personas, de la misma localidad la mayoría, llegaron a su playa.
MONTAÑITA NO ES LA MISMA
José Rodríguez, comerciante de Montañita, se sentó ayer en la playa solo para ver que esta luce vacía. Como nunca. “Estos días no tendremos a quién vender. No hay nadie”, dijo el hombre a EXTRA.
En esta localidad, el intendente Jhonny Fuentes confirmó que la prohibición de abrir sus locales es para toda la zona de bares, discotecas y karaokes; se excluye de eso a la zona de cocteleros, aunque hasta el lugar tampoco ayer había llegado un solo turista.
En las calles tampoco se veía a los típicos comerciantes de pulseras y otros artículos, pues no tienen a quién ofrecer sus productos.