Diario Extra

MOELLER Y SU INOLVIDABL­E PASO POR EL ÍDOLO.

Radicado desde hace dos años en Londres, Inglaterra, el exgolero ecuatorian­o habló sobre la experienci­a de haber sido parte de la primera selección nacional, que participó hace 33 años en un Mundial (Sub-16, en Canadá) y sobre su paso por Barcelona.

- Jerson Ruiz /

Helmuth Moeller es recordado en el país por ser el primer arquero ecuatorian­o en estar en un Mundial. Han pasado 33 años desde que defendió a la Tri, en la cita ecuménica Sub-16 de Canadá 1987. EXTRA lo ubicó en Londres, Inglaterra, donde nos contó sobre cómo ha sido su vida después del fútbol.

Habló de todo. Desde el título de campeón que logró en 1987 con Barcelona, a sus 16 años, sobre las barreras que rompió por tener un apellido ‘aniñado’ -de ascendenci­a alemana- y de lo que significó estar en un primer Mundial para una selección de Ecuador.

Han pasado 33 años de haber estado en el Mundial de Canadá. ¿Qué recuerdos tiene?

Han pasado volando estas tres décadas. Para mí es algo que hice por el país y aquel recuerdo hermoso sigue presente. Cuando tengo la oportunida­d de conversar, me gusta hablar del compromiso que tuve.

¿Cómo llegó a Barcelona y a la Tri Sub-16?

Era de la selección del colegio José Domingo Santisteva­n y un día en el estadio Modelo hice un amistoso y Barcelona jugaba de fondo. En ese partido me vieron y nos pidieron que sea parte de la escuela del Ídolo. Tenía apenas 12 años.

Luego fuimos a Perú, al torneo Cantolao, y quedamos campeones invictos. Eso me sirvió para ser convocado a la Sub-16, que en ese entonces era dirigida por el brasileño Moacyr Pinto.

¿Ser el primer golero de un Mundial es una marca diferente?

Sí, porque se dejó una huella, una historia y esta nunca se cambia. Me di cuenta de la importanci­a que tuvo esa selección, cuando estudiaba en la Federación Ecuatorian­a de Fútbol (FEF), para entrenador, y me vi en el museo de ese lugar. Gracias a Dios fui el primero en el arco de un Mundial. Saber que tu nombre quedó grabado ahí es bueno.

LA FICHA Helmuth Moeller 49 AÑOS

Fue parte de Barcelona desde los 12 años y jugó una temporada en

Palestino de Chile.

Al punto...

MOELLER AFIRMÓ que los arqueros de antes jugaban más con las manos que con los pies y tenían mayor liderazgo en

el área.

Fue un orgullo haber estado en la selección ecuatorian­a que participó por primera vez en un Mundial de Fútbol”.

HELMUTH MOELLER

exgolero nacional.

Le dicen Mundial y ¿qué se le viene a la cabeza?

El estadio, la gente, la hinchada, el idioma, todo lo que viví en Canadá. Ese frío que tenía en el cuerpo en el debut. Los periodista­s que fueron, los relatos de Rudy Ortiz. La pérdida ante Estados Unidos en el primer partido, que no tuvo que haberse dado. Recuerdo que sabía algo de inglés y daba entrevista­s.

También fue uno de los arqueros de la época en ir al exterior. ¿Qué recuerdos tiene?

A nivel internacio­nal tuve la suerte de jugar la Copa Chile con Palestino. Alternaba con el maestro Nelson Cossio (exgolero chileno). Fui gracias a las gestiones de Severino Vasconcelo­s. No se dio la venta por el alto costo. Decían que la cifra era alta, creo que eran 80.000 dólares y me tocó regresar a Ecuador.

¿Por qué no pudo continuar en Palestino?

Esto nunca lo he contado. Cuando regresé de Chile a Barcelona, Carlos Luis Morales y Víctor Mendoza estaban lesionados. El DT era Carlos Habegger y con los dirigentes hicimos un pacto, que consistía en darlo todo hasta el final del torneo y me daban el pase. Quedamos campeones, pero no me cumplieron y me dijeron que pertenecía a Barcelona. Me entregaron cinco millones de sucres y me regresé a Chile. Fue un error de mi vida, si me quedaba capaz me habría ido bien.

El Barcelona campeón del 87, ¿qué recuerdos le dejó?

Imborrable­s, una plantilla espectacul­ar, un equipo de obreros. Un equipazo lleno de cracks. El profesor Miguel Brindisi nos daba la oportunida­d a los juveniles. Fue como a una fiesta grande que me invitaron. Algo único, recuerdo la celebració­n y es algo maravillos­o. Éramos 30 jugadores, todos unidos. Para mí fue una consagraci­ón y me declararon el juvenil con mayor proyección.

Ese camerino era muy famoso, ¿es cierto que la trinca era fuerte?

No sé qué es trinca (risas). Tal vez eran códigos que se manejaban, era respeto, considerac­iones en el camerino. A uno le decían juvenil, no te llamaban por tu nombre. Los códigos se manejaban dependiend­o los años que tenían en el club. Alcancé a estar con Galo Vásquez y nadie podía pasar sobre él. Había mucho respeto a los mayores. Si un juvenil le hacía un túnel a un consagrado te llamaban la atención.

¿Cómo fue la experienci­a de ser el juvenil de ese grupo?

Muy buena, es algo que te sirve de mucho, uno aprende a ser profesiona­l. Te agrandas y tienen que bajarte de esa nube, vas cambiando en todo... Hay que estar preparado para estar en el equipo de primera. Recuerdo que ese año llegó el psicólogo deportivo Eduardo Tigua al club (falleció hace pocas semanas), él nos fue ubicando en la vida...

¿Vio cómo ‘nació’ el estadio Monumental?

Claro. Fui parte de la calle de honor, cuando colocaron la primera piedra del Monumental. No tenía ni idea de qué se estaba haciendo, solo veíamos una piedra guindando. Al final la lanzaron, aplaudimos y volvimos a entrenar a las canchas del Red Park. Nos dieron un vaso de avena, un pan, un banano y luego a casa. Después nos dimos cuenta que el estadio se estaba construyen­do.

¿Qué diferencia hay de los goleros de los 80 a los actuales?

Es abismal, ahora el portero juega más con los pies, antes lo hacíamos más con las manos. Éramos más atajadores. Ahora el sistema ha cambiado y el golero es más de área. Los guantes cambiaron y tienen un agarre extraordin­ario, ahora la pelota se pega a los guantes. Los de antes no te daban garantía que ibas a tener la pelota segura. Recuerdo que teníamos que mendigar la vestimenta de portero.

Además, el arquero de antes era más líder, tenía más fuerza para pu...., y mandar a los demás.

¿Qué pasó,por qué le puso fin a su carrera?

Muchos factores, lo básico fueron las malas decisiones que tomé, no me di cuenta del potencial de mi juego... En el equipo los fijos eran Morales, Mendoza, y eso me llenaba de ansiedad. Pero cuando fui relegado tomé malas decisiones. Luego me prestaron a Macará, donde no me pagaban. Puse fin a la carrera en el cementerio de futbolista­s, que es el Flushing Park de Nueva York, Estados Unidos.

¿Desde cuándo en Londres y antes dónde estuvo?

Voy a tener dos años en Inglaterra. Soy medio gitano, pues estuve en México, Panamá, Estados Unidos, Canadá, Chile, Holanda, Alemania, España. Todo por el fútbol jugando de manera amateur y profesiona­l. Un ejemplo, si estás en una empresa y le dices que sabes jugar, seguro que caerás bien. En Londres me dedico al merchandis­ing (promoción comercial), además trato de ser representa­nte de jugadores.

¿Con qué jugadores mantiene contacto?

Con Luis Capurro, Raúl Noriega, Urlyn Cangá, Álex Cevallos, el colombiano Óscar Córdoba, el boliviano el Diablo Etcheverry, José Cevallos, Wagner Rivera, Jimmy Montanero, Carlos Macías, Asís, el hermano de Ronaldinho; y otros amigos.

16 AÑOS

tenía cuando quedó campeón nacional con Barcelona,

en 1987.

 ??  ??
 ?? Fotos: Archivo / EXTRA ?? Desde hace dos años Helmuth Moeller vive en Londres, Inglaterra.
A sus 16 años, Moeller (círculo) fue parte del primer equipo de Barcelona en 1987.
Fotos: Archivo / EXTRA Desde hace dos años Helmuth Moeller vive en Londres, Inglaterra. A sus 16 años, Moeller (círculo) fue parte del primer equipo de Barcelona en 1987.
 ??  ?? El exgolero guayaquile­ño estuvo presente en el Mundial Sub-16 de Canadá, en 1987.
El exgolero guayaquile­ño estuvo presente en el Mundial Sub-16 de Canadá, en 1987.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador