¡Una llave a la pandemia!
Dos planes de la luchadora Luisa Valverde se vieron truncados por la emergencia: su clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio y su boda. Le preocupa el positivo por COVID-19 de sus familiares.
Trabajaba en un mercado en su natal Babahoyo y, para llegar a su empleo, se recorría toda la ciudad a bordo de un triciclo. Fue así como Luisa Valverde conoció la lucha olímpica: pasaba todos los días frente a un gimnasio y se enamoró de esta disciplina. Tenía 13 años.
Hoy, a sus 28, la campeona panamericana tiene una sola ambición: participar en unos Juegos Olímpicos. En toda su trayectoria ha conseguido medallas de oro en las categorías cadete, juvenil y sénior en los Juegos Panamericanos (la más reciente la obtuvo en marzo en Canadá y regresó a Ecuador ‘con lasas justas’, el 17 de ese mes), además de una medalla de bronce en un Mundial de Lucha y actuaciones en Sud-Sudamericanos y Bolivarianos de la disciplina.
“Soloo me faltan unos Juegos Olímpicos. Iba a buscar mi cla-clasificación en junio, pero por la pandemia todo eso se parali-paralizó”. Valverde debía competir en el Preolímpico de Bulgaria este mes.
Actualmente reside en Portoviejo y su consuelo es que esa fase se reanudará el próximo año. Ella pretende continuar con su anhelo de clasificar a Tokio.
Su entrenamiento en casa en época de cuarentena se facilitó gracias a que la Federación Deportiva de Manabí le prestó implementos. Asimismo, su entrenador le cedió unas colchonetas, para que pueda practicar sus técnicas en el hogar.
Y a ello se suma el apoyo de su pareja, Mauricio Sánchez, quien también es luchador. Ambos entrenan juntos.
Pasó de tener tres jornadas de entrenamiento en la sala a trabajar al aire libre. Tiene una cancha a dos cuadras de su casa, así que sale muy temprano en la mañana a correr por 45 minutos.
“Me llevo la mascarilla, pero para correr me la quito. Aprovecho para ir tan temprano porque a esa hora no hay nadie”.
LA BODA
El Preolímpico no fue el único evento que la pandemia arruinó en la vida de Valverde. Su plan de boda también se truncó, puesto que la había programado para noviembre.
“Teníamos pensado hacer algo sencillo en Babahoyo, porque allá vive mi familia. Pero también las cuestiones de salud nos complicaron a todos”, contó.
La mamá de la luchadora es enfermera y el 2 de marzo fue diagnosticada con COVID-19. El contagio se extendió hasta el padre de Valverde, quien también dio positivo. “Ambos se sanaron y mi mamá ya volvió a trabajar”.
La preocupación llegó porque la abuela de la deportista también se contagió, al igual que un tío que se practica diálisis todas las semanas. “Viven todos en la misma casa, era algo que se venía venir. Mi abuelita está evolucionando bien, pero mi tío está delicado”.
Más allá de sus ambiciones deportivas, Valverde está preocupada por lo que ocurre con sus seres queridos. “Es difícil concentrarse. Ellos están lejos y me preocupa”. El tema económico también ha empezado a afectar en esta familia. Valverde recibe un ingreso mensual por formar parte del Plan de Alto Rendimiento, y su familia en Babahoyo depende ahora de ese salario.
“Mi papá es constructor y no ha tenido trabajo en estos meses. A mi mamá no le han pagado completo del trabajo, por la crisis. Son situaciones inesperadas, que sé que van a mejorar, pero por lo pronto estamos un poco apretados”, indicó.
53 KILOS es la categoría en la que compite la deportista.
DATO
Estudió una licenciatura en Cultura Física en Guayaquil. Egresó, pero aún debe presentar
la tesis.