¡EL MILAGRO DE LAURITA!
LA FLACA SUÁREZ QUIERE VOLVER A LA ACTUACIÓN
✓ Su espíritu está intacto, pese a sufrir de esclerosis múltiple desde 2001. De a poco se ha levantado de la cama para caminar y hacer movimientos que antes eran impensados.
Volver a la actuación... No es un sueño extraviado, es la firme posibilidad que se ha planteado Laura Suárez sin temor, pero con alegría, y que se lo confesó a EXTRA en una entrevista telefónica desde Mendoza, Argentina.
“La enfermedad puede vencer mi cuerpo, mas no mi alma. Siempre sonrío, bromeo, juego con los míos y el día que no pueda caminar lo asumiré con dignidad y seguiré con mi vida”, lanzó la recordada flaca de hermosos ojos verdes que caracterizó personajes en la serie ‘Emergencia’ con Xavier Pimentel, en la novela ‘Dulce tormento’ junto con Érika Vélez y Pamela Cortés, entre otras producciones ecuatorianas en la década del 90 hasta los primeros años del nuevo milenio.
Laurita, como la llaman cariñosamente, se refiere a la esclerosis múltiple, dolencia del sistema inmunológico que afecta al cerebro y la médula espinal. El 26 de octubre de 2001 fue diagnosticada con esta enfermedad degenerativa a la que ha doblegado de forma “milagrosa” en los últimos meses.
“Seis veces me han dicho que no volvería a caminar, incluso se me congelaron los tobillos, no los podía mover, sin embargo, nunca paré mi fisioterapia y a los catorce meses del último diagnóstico volví a caminar, con movimientos torpes, pero lo hice”, comentó con una sonora carcajada la rubia actriz argentina, de 41 años.
SU PARTIDA Y PEOR ETAPA
La enfermedad la empujó de los escenarios y la televisión. Empezó a sufrirla en silencio.
Fue entonces que decidió volver a su país natal, donde reside con su esposo, el exfutbolista de Emelec y Barcelona, Marcelo ‘Pepo’ Morales, y sus hijos, Emilia, de 17 años, Santiago, de 14, y sus otros retoños, incluyendo su perrita Blue.
Atrás dejó sus años de adolescencia y juventud en Guayaquil, cuando practicaba atletismo en el colegio Alemán Humboldt, donde llegó a ser seleccionada y ganó competencias. “Siempre salía a correr como parte de mi rutina de ejercicios. Mis compañeros de estudios con los que aún me chateo recuerdan esta etapa maravillosa”, rememoró. Debido a la escleroris, Laurita ha sufrido diabetes y dolores intensos, por lo que ha requerido corticoides con todos los efectos secundarios que implica. También oxígeno. A veces debe movilizarse en silla de ruedas.
En una etapa de sus recaídas necesitó un gramo de corticoides a la vena por día, durante una semana, debido a esto llegó a pesar 80 kilos, lo que le provocó una diabetes secundaria.
“He sufrido tanto dolor que tuve que ingresar a una clínica con anestesiólogos. Ahora necesito oxígeno porque mis
músculos respiratorios y mi sistema óseo están resentidos, incluso mi columna vertebral se ha desviado, pero sigo en la lucha y así será por siempre”, añadió.
Aún con todo esto, jamás perdió la fe ni las ganas de vivir.
“Los efectos secundarios de los corticoides son un monstruo aparte”, contó.
Y aunque parezca una frase repetida, la fe, el amor, la disciplina y la fuerza, son una combinación ganadora para Laurita, “y con estas armas lucho contra esta enfermedad”.
OPTIMISMO Y VALOR
Pero lejos de imaginar que la esclerosis le quite la fuerzas, Laurita no ha dejado su optimismo por derrotar las adversidades. “Igual, si no camino más, si no puedo hablar bien, si no puedo ver de un ojo, igual sigo siendo yo, y eso me hace única”.
Y siempre resalta lo bueno de esta dura etapa. Indicó que si no hubiese estado en esta situación quizás no hubiera podido disfrutar cada instante de la vida, “además vi crecer a mis hijos y los crié de la mejor manera, al punto que hoy que están más grandes son mi orgullo y satisfacción”.
“Mi espíritu está intacto, y por mi ser, mis convicciones y el amor que siento por los míos, elijo ser feliz”, mencionó.
Por eso no descarta volver a su pasión: la actuación. “Si me piden hacer algún papel, de seguro podré hacerlo y será algo fantástico”. Tampoco a la ciudad que la acogió desde su niñez: “Me encantaría regresar a Guayaquil, y sé que el algún momento lo haré”.(