¡RUEGA POR UN HORNADITO!
JORGE LUIS CUESTA, UN MORLACO SUELTO EN JORDANIA
✓ Por las costumbres de ese país árabe, el goleador debe comer en el suelo y no puede desnudarse en el camerino.
Un gol y una asistencia del delantero ecuatoriano Jorge Luis Cuesta en su debut con el Al Salt, de la primera división de Jordania (Asia), fue su carta de presentación para ganarse la titularidad en el equipo, se acopló de inmediato a sus nuevos compañeros, pero su “adaptación a la cultura árabe ha sido jodida”. La comida y las costumbres son diferentes a las de Ecuador.
En noviembre de 2019, el oriundo de Cuenca, Azuay, se convirtió en el primer tricolor en actuar en la liga jordana. Desde aquella fecha, Cuesta no ha podido comer su ‘jama’ preferida, el hornado con mote, porque en el islam (religión que predomina en Jordania) está prohibido ingerir carne de cerdo.
“Aquí no comen chancho y sufro por eso, tengo tiempo que no lo pruebo (entre risas). El hornado con mote no se puede comer y ese era de los platos que más comía en mi tierra (Cuenca). Los mariscos tampoco hay. No he podido probar un encebolladito, pero son cosas manejables. A uno le toca adaptarse como profesional”, aseguró el atacante, de 28 años, en entrevista telefónica con Diario EXTRA.
Al ver que es “complicado conseguir comida de Ecuador” en Jordania, el exmundialista sub
20 con la Mini-Tri, en Colombia 2011, se aventuró a probar la gastronomía jordana y quedó encantado con el plato típico del país, el mansaf (un guiso de cordero sazonado con hi e r bas a r omáticas), ya que el delantero aún tiene contrato con el club hasta diciembre de 2020.
Ante este panorama, Jorge Luis aseguró que puso en práctica sus habilidades en la cocina, porque quiere cuidar la ‘línea’ y mantenerse en forma para cuando se reanude la competencia, la cual se paralizó desde marzo pasado por la pandemia de coronavirus. Solo se jugó la primera fecha del torneo, partido en el que fue titular y comandó el ataque del Al Salt.
Para sentirse como si estuviera en casa, el azuayo se prepara su seco de pollo o bistec de carne, lo único que puede conseguir en Jordania.
“Es muy bueno el mansaf. La comida es un poco picante, pero me gusta. Sé cocinar porque vivo solo desde los 17 años. Como profesional no puedo comer todos los días en la calle, hay que cuidar la línea (sonrió). Acá estoy un poco limitado porque no hay todos los ingredientes, pero se hace lo que se puede. Te hago lo básico como el seco de pollo o bistec, eso lo aprendí desde casa”, recalcó el exjugador de Guayaquil City.
NO PUEDE COMER TRANQUILO
Jorge Luis recordó que cuando un compañero del equipo lo invitó a comer a su casa se quedó ‘como loco’, debido a que no había una mesa para sentarse a comer. En Jordania las personas acostumbran a alimentarse sentadas en el piso.
“A mí se me hace complicado porque soy muy alto (1,90 metros de altura) y se me hace ‘jodido’ moverme para coger la comida. Es incómodo. Cuando me tocaba comer parecía un robot (ríe). Me tengo que estar moviendo de
lado a lado y cambiándome de posición. Por suerte en mi departamento sí tengo mesa (carcajadas). Ellos ponen un plástico en el piso y sobre eso se sientan”, explicó el delantero.
CASI HACE LA ‘GRANDE’
Cuesta recordó que después de su primer entrenamiento con sus nuevos compañeros fue hacia el camerino y casi se desnuda delante de todos porque se iba a duchar, práctica que es normal en el fútbol ecuatoriano y algunas ligas internacionales, pero que en Jordania no lo hacen.
“Acá no se puede ver a otro hombre desnudo, es totalmente diferente la intimidad del camerino. Ese día me iba desvestir delante de todos, pero mi representante me advirtió. Acá cada uno se baña en una ducha privada y sale vestido. Incluso, algunos prefieren ducharse en sus casas”, dijo.
EN CASA NO LO QUERÍAN AFLOJAR
Jorge Luis tenía claro que llegaba a un país desconocido para él. Comida, cultura, conflictos políticos y costumbres diferentes a las que vive el ecuatoriano, por esa razón su esposa, Lissette Arévalo, le dijo que lo pensará bien cuando le acercaron la oferta.
“Mi esposa al inicio estaba asustada y me dijo que estaba ‘loco’ si me iba a ese país (Jordania), ya que hay problemas, ‘te van a matar’, me dijo. Pero después analizamos la situación política y social que viven los árabes y nos dimos cuenta que no hay motivos para preocuparse. Por suerte todo es tranquilo acá”, explicó el tricolor.
La directiva se ha portado bien conmigo, me quieren mucho. Ellos desean que siga y han cumplido con todo. Ellos tienen la primera palabra, pero voy a analizar mi futuro porque el tema económico está difícil”.