¡LLENITO CON UNA ‘LATA’!
EN MONTE SINAÍ SÍ EXISTE MERIENDA A UN DÓLAR
Andrés Vera no quiere hacerse millonario, solo atender bien a sus clientes que están ‘caídos’ por la crisis económica.
Reinventarse y salir adelante en la pandemia, así se ha enfocado Andrés Vera Salavarría, quien encontró en la comida la oportunidad para no naufragar en la crisis económica. Y lo hace con algo tan simple: merienda a un dólar. Así como lo lee, solo un ‘yanqui’ o ‘dolarazo’.
“Matar la leona con un dolarito no es caro”, menciona Patricio Mieles a la vez que devora un moro con menestra y pollo broastizado en el negocio de Vera, ubicado en Monte Sinaí, noroeste de Guayaquil.
Consciente de que la actual situación del país no es la mejor y que el desempleo afecta a los hogares más pobres, Vera, de 63 años y cristiano evangélico, ha decidido vender lo más barato posible la comida.
“Lo hago también por amor a Cristo. No importa ganar poco en un plato de comida, con el volumen de ventas me doy por agradecido con el Señor”, dice el oriundo de Yaguachi (Guayas).
Hace tres meses reabrió uno de sus dos locales que tuvo que cerrar por la emergencia sanitaria. “Dios me da la sabiduría para trabajar y lo hago como una ayuda social, porque soy consciente de la realidad de mi pueblo, eso me nace del corazón y con la mano del Señor todo va bien”, indica.
Y de este emprendimiento se benefician dos venezolanos y un ecuatoriano, quienes ganan entre 7 u 8 dólares diarios por cocinar y atender a los clientes. Para ellos este ‘camello’ es una bendición.
Ese esfuerzo es reforzado por Vera y su esposa Alemania Chávez. A diario le piden a Dios, a través de oraciones, que los ilumine para seguir ayudando a las personas que menos tienen.
Una de sus mayores satisfacciones es cuando una familia integrada por 10 personas llega a comer y se marcha satisfecha por la sazón y sin gastar más de su presupuesto.
LO QUE EL CLIENTE PIDA...
Arroz con menestra y pollo a la plancha, carne asada, pescado frito, chuleta o fritada, es parte del variado menú. Aunque también pueden pedir la merienda con moros, explica Alexander Álvarez, administrador de uno de los locales.
“Hay fines de semana que la gente debe esperar para comer, hay bastantes clientes”, cuenta Álvarez. Atienden de lunes a domingos desde las 16:00 hasta las 22:45.
CUIDAN SU ECONOMÍA
El manabita Julián Mejía junto a una señora llegaron para degustar un arroz con menestra, pollo con papas fritas. “Gasto dos dólares y merendamos bien”.
En otra de las mesas saboreando un seco de chancho se encontraba Pedro Tumbaco con uno de sus hijos menores. Él es un asiduo cliente de Vera, no solo atraído por lo barato, sino por la buena comida. “En tiempo de crisis hay que cuidar el bolsillo”, dice.
“Siempre como aquí, es bueno y por esta zona casi no hay meriendas de un dólar”, indica Jorge Rosales, un vendedor ambulante de accesorios para celulares, mientras comía un seco de pollo.
ESTUDIA PARA SER PASTOR
Andrés Vera estudia el segundo año de Teología Bíblica y dentro de dos más recibiría su investidura para ser pastor. Su idea es comprar un terreno para levantar un templo y predicarles la palabra de Dios especialmente a los jóvenes de la zona.
También anhela retomar la enseñanza de fútbol para unos 200 niños de Monte Sinaí. “Contraté a un amigo para que me ayudara, unos pagaban poquito y los que no tenían recibían la enseñanza gratis, pero cuando apareció la pandemia se truncó esa obra social que duró ocho meses”.
Así, entre meriendas de ‘dolarazo’, oraciones y alabanzas, Andrés Vera ayuda de forma honrada a la gente que más necesita. Él no tiene ‘hambre’ de riqueza, todo lo hace por amor al prójimo y a Dios.
MENÚ
Ofrecen desde arroz con menestra y carne asada, hasta un seco de chancho, o pescado frito.