Juan Triviño ahora es profesor y da sus clases en quichua.
El mayor sueño de Tribilín es sentarse en el banquillo del técnico de los azules y levantar un trofeo, por eso empezó a lastrar su carrera en la dirección técnica como profesor de Educación Física. Ahora hasta habla quichua.
De dar instrucciones en las defensas de los principales equipos del fútbol ecuatoriano (1999-2016), sobre todo en Emelec ( hasta 2008), Juan Triviño pasó a impartirlas, pero como profesor de Educación Física y en el idioma quichua en la Unidad Educativa Intercultural Bilingüe Tránsito Amaguaña, ubicada en Durán, provincia del Guayas.
En entrevista con EXTRA, Tribilín contó los sacrificios que hizo mientras era futbolista para graduarse de licenciado. En 2009, cuando militaba en Liga de Portoviejo, todos los días después de los entrenamientos cogía su carro y viajaba desde la capital manabita hasta Guayaquil para recibir clases. Al principio sus técnicos no le creían y le pusieron espías.
En cuanto a Emelec, Triviño considera que los azules atraviesan por una mala racha por la transición que está pasando el equipo con nuevos jugadores, pero son los mismos futbolistas los que tienen que sacar del hueco al equipo. “Antes hasta nos íbamos de puñetes en el camerino para enderezar las cosas. Eso da la sensación de compromiso”.
¿Cómo surgió la idea de dar clases de Educación Física?
Mi principal sueño después de mi retiro siempre ha sido tener un semillero y poder llegar a dirigir en Primera y al equipo que me dio todo, Emelec. Entonces, ya cuando estaba en el final de mi carrera en 2009 tomé esta decisión de sacar mi licenciatura en Educación Física para empezar en mi camino de la dirección técnica. Hay que ir escalando y ganando experiencia para llegar a los grandes.
¿Cómo hiciste para estudiar y al mismo tiempo cumplir como futbolista?
Yo empecé a estudiar cuando estaba jugando en Liga de Portoviejo (Manabí) en 2009. Yo terminaba de entrenar, cogía mi carro y me venía manejando todos los días para acá a Guayaquil a las clases, porque el curso se hacía acá. Ya en la noche me regresaba a Portoviejo, pero lo hacía en transporte público y mi cuñado me apoyaba llevando mi carro todas las noches. Así estuve un año entero, después cuando fui a jugar a Quito en 2010 (en Universidad Católica) seguí viajando, pero ya lo hacía en avión.
Esto debió ser un gran desgaste para ti, ¿los técnicos te dejaban viajar?
Los profesores no me creían al comienzo y me mandaban hasta espías para ver qué hacía (sonrió). Ya después se dieron cuenta que en realidad venía a Guayaquil para estudiar. Todo esto lo empecé a hacer cuando aún era futbolista, ya me enfocaba en mi futuro, por eso cuando me retiré no se me hizo difícil dejar el fútbol. Ya me estaba acostumbrando a lo que iba a ser mi nueva vida.
¿Dónde estás dando clases?
Soy profesor de un colegio intercultural bilingüe en Durán (Guayas). Es un colegio donde se habla la lengua nativa quichua, por eso que cuando llegué acá me tocó aprender
la lengua, ahora ya la domino. Imanalla mashikuna mashi, ahí te dije “cómo están todos” (entre risas). Doy Educación Física, principalmente, pero también dicto clases de Participación Estudiantil, Proyecto Escolar y soy tutor de 3° de bachillerato. Incluso ahora estoy haciendo una maestría en Innovación Académica. Me estoy preparando muy bien porque mi sueño es dirigir a mi equipo (Emelec) en Primera y sacarlo campeón.
En cuanto a Emelec, ¿cómo crees que vaya a terminar esta temporada?
Te soy sincero, por lo que se ha visto hasta ahora te mentiría, porque el año no ha sido bueno para Emelec. Yo creo que en la actualidad están pasando por una etapa de transición con los jugadores y el cuerpo técnico. Los jugadores que están son buenos, solo que no les han salido las cosas en los partidos. Otra es que no tienen a los hinchas en el estadio para que los presionen, porque parece mentira, pero la presión del público ayuda para sacar buenos resultados. Ellos te dan un empujón.
¿Las malas rachas crean conflictos en el camerino?
Eso es indudable y tiene que pasar cuando el equipo anda mal. El camerino es para jugadores grandes que saben dónde quieren llegar, por eso a veces es necesario llegar a estos extremos para arreglar las cosas. Así te das cuenta qué jugador está comprometido con el equipo, porque con jugadores que no muestran actitud no se llega a ningún lado. Y actualmente Emelec tiene una buena plantilla, con jugadores que se han destacado como para que no puedan solucionar las cosas.
¿De cuántas peleas en el camerino de Emelec fuiste testigo?
Ya ni me acuerdo porque fueron varias (entre risas). En 2004, 2006, 2008, en muchas ocasiones. En el camerino de Emelec había hasta puñete y no era porque nos caíamos mal, sino por la situación en la que estábamos. Me acuerdo que en 2005 en una concentración después de perder un partido, Otilino Tenorio (+) y Richard Borja se fueron de puñete y siendo amigos, todo esto era por la situación que atravesábamos, tuvieron que pasar todas esas cosas para enderezar el rumbo y terminamos peleando por el campeonato ese mismo año.
¿Qué debe hacer Emelec para salir de la mala racha?
En 2008 y 2006 pasamos situaciones difíciles, incluso pensamos que íbamos a perder la categoría. La gente nos presionaba, nos tiraban botellas, nos gritaban de todo, pero sabíamos que los únicos que podíamos sacar adelante el barco éramos nosotros mismos, pese a que en ese tiempo a algunos jugadores les faltaba confianza para jugar con Emelec, que no creo que sea el problema de la actual plantilla azul, porque son grandes jugadores. Esto va a depender del aporte que ellos mismos le quieran dar a Emelec. El equipo sale del hueco con jugadores que en realidad quieren hacerlo. Si todos no reman para el mismo lado el barco se va a hundir.
5 VECES
fue convocado a la selección de Ecuador.