¡A REZAR!
En Los Ríos, autoridades analizan un caso sospechoso de la variante de COVID-19 detectada en el Reino Unido. El paciente es un policía que llegó de Europa, pero una familiar dice que se contagió del virus en Ecuador.
El agente llegó al cantón Valencia, Los Ríos, el 13 de diciembre. Su vuelo arribó desde Madrid, España, el día anterior.
La familia asegura que se contagió del virus en nuestro país.
Especialistas piden mejorar el sistema de rastreo y monitoreo.
El paciente ecuatoriano sospechoso de haberse contagiado con la nueva cepa de COVID-19, detectada en Reino Unido, es un policía. Llegó al país desde España (Europa) y al siguiente día viajó a su natal Valencia, cantón de Los Ríos.
Las autoridades están a la espera de los resultados oficiales de las muestras que le tomaron al hombre y que se enviaron al Instituto Nacional de Investigación en Salud Pública (Inspi) para afirmar o descartar el contagio, que podría convertirse en el primer caso reportado en territorio nacional.
Sin embargo, su familia descarta que haya llegado contagiado, y menos con la nueva cepa. Rosa Alba, parienta del uniformado, explicó que él habría asistido por trabajo al sepelio de Patricio el ‘Cholo’ Mendoza, candidato a asambleísta asesinado el 21 de diciembre.
En adelante, comenzó a sentir los síntomas de la COVID y se fue a un subcentro de salud de Quevedo. “Cuando se empezó a rumorar que él tenía el nuevo virus, lo dejaron botado. No lo quisieron atender y esto nos ha causado una gran molestia”, añadió Alba.
Después fue llevado al hospital Martín Icaza, de Babahoyo, desde donde saltó la noticia hasta las autoridades.
Julio Franco, gobernador de Los
Ríos, detalló que los días de contagio no coinciden con los de llegada del policía, quien se encuentra estable y no ha requerido de intubación.
También se confirmó que él no estuvo en Reino Unido, como se difundió. Aseguró que “todo es un falso rumor” e indicó que están armando estrategias para controlar la movilidad y la concentración de personas.
CONSECUENCIAS
EXTRA consultó con especialistas médicos para conocer cuáles serían las consecuencias en el Ecuador si llegara la nueva variante del coronavirus.
“Por el momento, solo se conoce que es 70 por ciento más contagiosa, pero eso en el Ecuador podría ser catastrófico”, según Carlos Figueroa, exsecretario general de la Federación Médica Ecuatoriana (FME).
Esto porque mucha gente se infectará y ya se vio que, a criterio del médico, el país no tiene la infraestructura sanitaria suficiente para combatir los contagios.
“No hay la capacidad para hospitalizar a tantas personas. Lo mismo ocurre con las áreas de cuidados intensivos”, analizó. Por eso, es muy probable que los colapsos vuelvan, como lo ocurrido en los primeros días de la pandemia, en marzo.
Todo como consecuencia de no tomar medidas. Figueroa indicó que una de las decisiones más coherentes era cerrar los aeropuertos ante el anuncio de la detección de dicha cepa.
“Todo es incierto y podría ser que en nuestra gente el ataque viral sea mucho más fuerte, o no. Si vamos a correr ese riesgo, ¿estamos esperando que la suerte o el azar nos ayude? Así no son las cosas”.
Pero para Víctor Álvarez, presidente del Colegio de Médicos de Pichincha, ya no se debe retroceder para analizar lo que se hizo mal. Lo que ahora se debe hacer es trabajar en medidas de prevención.
“Los protocolos ya están dados y no se tienen que cambiar. Lo único que podría alterarse es el aumento en el distanciamiento social”. Añadió que la población se tiene que comprometer para que las medidas de bioseguridad se cumplan.
Para ello es importante la capacitación de los líderes barriales y comunitarios. Esto con el fin de que el mensaje preventivo se asimile mejor.
“Si nos ponemos a pensar, la culpa de la propagación del contagio no solo sería de la comunidad. Tenemos que dedicarnos al cien por ciento en la educación de la salud”, enfatizó.
VOLVER AL CONFINAMIENTO
Ambos especialistas coincidieron en que el objetivo de acatar las medidas de bioseguridad no solo es impedir un colapso, sino también evitar un retroceso al confinamiento inicial. Algo que podría darse si el avance viral rebasa las capacidades del Estado de afrontarlo.
Sin embargo, para el epidemiólogo Daniel Simancas, esto no tendría que ser así. “Los primeros días de la crisis, la estrategia era muy meditable. Pero ahora el confinamiento no puede ser tan rígido, sino dinámico”.
Precisó que entre las medidas para prevenir una catástrofe está el mejorar el sistema de rastreo y monitoreo del virus, el cual actualmente no es confiable, indicó. Tampoco es eficaz para detectar con prontitud y de manera masiva a la cepa.
“Hay que incrementar la capacidad diagnóstica y los kits para detectar esta nueva cepa, además de hacer un sistema de rastreo de las variantes del país, apoyándose en las universidades que puedan hacerlo”, finalizó.