Diario Extra

“ES MI ÁNGEL GUARDIÁN”

La mediática hincha del Emelec perdió a su esposo, víctima de la COVID-19. “Él era mi todo”. Vendrá a fin de mes al país con las cenizas de José Muñoz para sepultarlo

- Reinaldo Vásquez / Guayaquil

Reina Martínez, la popular hincha de Emelec, realiza los trámites en Miami, EE. UU., donde residía con su pareja, para volver el 31 de enero con sus restos y sepultarlo­s en Guayaquil.

“Aún no lo puedo creer”, dice una y otra vez Reina Martínez, la popular Gorda Matosa, tras quedar viuda, luego que su esposo, José Muñoz, un ciudadano estadounid­ense con raíces ecuatorian­as, falleciera hace cinco días víctima de la COVID-19 en Miami, Florida, donde residían hace 6 años.

“Solo le pido a Dios que me dé la fortaleza para seguir adelante con este dolor tan grande; José era mi vida, el hombre que más amé y al que voy a recordar siempre. Recién tengo fuerzas para contarlo”, comenta la hincha de Emelec a EXTRA desde Miami.

Reina cuenta que al momento está realizando todos los trámites necesarios para poder venir el 31 de enero al país con las cenizas de José para sepultarla­s en Guayaquil.

José y Reina se conocieron hace siete años en el Puerto Principal. “Tuvimos un año de novios, y su amor, su galantería y su caballeros­idad me hicieron enamorarme. Con él viví el amor todos los días, pues hasta sus últimos minutos de vida no dejó de decirme que me amaba”, comenta la fanática azul. Ambos estuvieron casados 6 años.

“MI AMOR, RECUPÉRATE”

Pocos días antes de Navidad, la pareja se contagió de COVID-19. Si bien la Gorda Matosa sufrió estragos, no hubo necesidad de hospitaliz­arla, pero a él lo llevaron a una casa de salud y lo intubaron.

“Pedía a Dios que lo cuide y yo no me desprendía ni un momento de él, pues estaba fuera del hospital esperando su recuperaci­ón”, explica Reina.

Llegó Navidad y la llamaron para decirle que José había tenido una leve mejoría y pudieron hablar.

“Yo le decía: ‘Mi amor, recupérate y vamos a casa a celebrar mi cumpleaños’, pues el 28 cumplí 44 años y él tenía 55.

A decir de la Matosa, José no dejaba de decirle cuánto la amaba.

“Lo más triste fue ver la llegada del nuevo año sin mi compañía. Gracias a Dios mi hermana me había venido a visitar y pude contar con ella para estos momentos difíciles”, recuerda.

UN MINUTO CON ÉL

Llegó el 3 de enero y mientras conducía rumbo al hospital, donde estaba internado José, recibió una llamada de la doctora, quien le dijo que tome las cosas con calma.

“No la quería escuchar, sentí en el corazón lo que me iba a decir, pero me negaba a oírlo. José había muerto de un paro cardiorres­piratorio producto de la COVID-19.

“Le supliqué a la doctora que me deje verlo, aunque eso es prohibido por la causa de su muerte, pero al ver mi dolor, me permitió hacerlo por un minuto. En esos 60 segundos le grité que lo amaré por siempre (la Matosa se suelta en llanto).

“Ya no diré más, solo que ahora José es mi ángel guardián”, finaliza Reina.

MÁS DE... ■ Reina y José

tenían seis años de casados y uno de noviazgo.

■ La Gorda Matosa

afirma que José será por siempre el amor de su vida. Ellos vivían en la Florida.

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Fotos: Cortesía La Gorda Matosa y José Muñoz durante una visita al país en pleno partido de su equipo favorito, Emelec.
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José Muñoz junto a la Gorda Matosa. Ambos tuvieron coronaviru­s, ella lo superó, él no.

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