Diario Extra

¡DON BERNA SE FUE CON LA 16!

- Jerson Ruiz /

Bernabé Zambrano era una institució­n dentro del Ídolo. Llegó al club en 1963 y trabajó hasta su muerte. Era ‘engreído’ de los jugadores.

El último recuerdo que tuvo de Barcelona fue la medalla de la estrella 16, que logró el equipo amarillo en el estadio Rodrigo Paz Delgado.

En la estrella 14 estuvo cerca de decir adiós. Corría el 2012 y el robo de pertenenci­as en el camerino del Monumental lo mandó a la clínica con un estado de nervios. Pero no era su hora. No sin seguir festejando. A Segundo Bernabé Zambrano Macías le faltaba ver dos títulos más, el del 2016 y el de 2020.

Y apenas días después de vibrar y celebrar con ‘la 16’, el 6 de enero de 2021 don Berna se unió al grupo de barcelonis­tas que están en el cielo.

Fue parte del club desde cuando tenía 16 años. Llegó en 1963, laboró hasta mayo de 2019 y falleció a los 74 años. Es el integrante amarillo con más títulos: estuvo en la institució­n festejando 15 de los 16 campeonato­s nacionales.

Don Berna, como se lo conoció, fue el empleado más antiguo que ha tenido el Ídolo. Hace 58 años llegó al Red Park, el antiguo centro de entrenamie­ntos del Barcelona, que estaba frente al cementerio general. Quería ser jugador.

Y le dieron ‘chance’ a su sueño, llegando hasta la sub-18. Pero patear la pelota no era lo suyo y su primer labor fue pasabolas, hasta que se hizo utilero.

La noche que Barcelona logró la estrella 16 en el estadio Rodrigo Paz Delgado, una de esas medallas de LigaPro fue para él y su esposa Mechita. Esos recuerdos se los dieron a su hija Yadira, quien viajó con el departamen­to de utilería del equipo.

Bernabé tenía cara de serio, pero cuando conversaba era full recuerdos. Fácil para escribir un libro de anécdotas. Ojo, jamás filtraba un secreto o detalles de los jugadores, era una tumba. Los cuidaba como a hijos, a pesar de que en los 90 muchos de ellos le decían, para molestarlo, suegro.

En la época cuando los jugadores todavía no vivían en la burbuja, como lo hacen ahora, era fácil verlo en el túnel del estadio del Monumental departiend­o con ellos y también con los reporteros.

Por cosas de la vida, en el 2016 se casó en la cancha con su esposa Mechita Ibarra; ella también trabaja

ADIÓS

Los últimos años estuvo enfermo, pero trabajaba en silla de ruedas. Barcelona era suvida.

ba en la utilería. Tenía su megaoficin­a en el Monumental, que estaba rodeado de zapatos, camisetas y demás accesorios.

Claro que en los 80 hasta el 2000 Berna era quien betunaba los zapatos; todos eran color negro y de cuero. Eran otros tiempos. Y hace unos años se puso muy sentimenta­l, lloraba siempre que hablaba de su Barcelona, de su familia.

OLVIDO DE UNIFORMES

Una anécdota que siempre la contaba y era fabulosa pasó en los 80. Fue en un viaje a Argentina. Un detalle casi le cuesta el puesto, pues se olvidó de los uniformes, ¡sí, de los uniformes! No sabía qué hacer, los directivos ni se habían enterado, pero dos periodista­s lo salvaron. Berna contaba que el fallecido relator de radio Caravana Jacinto Landázuri Soto hizo la mitad del milagro, le dijo que esté tranquilo que Pablo Aníbal Vela, el Rey de la Cantera, iba a viajar un día después y le podía llevar los uniformes. Y así fue. Poca gente supo la realidad, al final Zambrano la contaba. Hoy en el cielo, los tres seguro la estarán recordando.

MI VIEJO QUERIDO

José Cevallos en el 2016 fue quien lo casó en el estadio Monumental y lo recuerda con alegría: “Berna, un tipazo. Yo llegué a Barcelona y él ya estaba. Recuerdo que se encargaba de todo, desde tener listo los guantes hasta la ropa que uno utilizaba. Era muy celoso en su trabajo. Pasó toda su vida en el equipo, él era quien veía cómo los jugadores llegaban pelados y hasta cuando se retiraban”. Eso pasó con la generación que estuvo en los 70, 80, 90 y 2000. “Zambrano y su familia han sido gente trabajador­a con el Ídolo; doña Mechita, su esposa, es parte de la historia. Creo que lo único que le faltaba lo hicimos realidad en el 2016, se casó en el estadio que vio edificar. Ese día lloró de la alegría”, recuerda el expresiden­te amarillo.

Zambrano es una historia en el Ídolo. Sentarse con él en el túnel era como ver la película de Barcelona.

LA PANTALONET­A DE ALFARO MORENO

El actual presidente del Barcelona tiene un recuerdo especial con Berna. Dice que en 1994 lo hicieron ir de Buenos Aires a Santiago de Chile, fueron tres días de exámenes con el Dr. Bosco Mendoza, fue algo tedioso, pero valía para que llegue al Ídolo, pero cuando le tocó debutar pasó algo increíble: “Yo pensé que la pantalonet­a estaba tan grande, o que me había flaqueado de tantos exámenes, pero no me hice problemas. Trate de amarrarla por dentro y a jugar”.

Con el pasar de los meses, “él me confesó que pensó que me iba a molestar, creía que era un agrandado, pero no era así”, dice Alfaro Moreno. La versión de Zambrano sobre la anécdota era que pensaba que el Beto le iba a reclamar.

“Berna es un grande, duele que se vaya, pero se fue con la medalla de la estrella 16. Lo conocí por 26 años, desde que llegue a Barcelona, puedo decir que era una institució­n en el equipo”, comentó el presidente del club.

Ayer hubo muestras de solidarida­d con Mechita Ibarra y sus hijos en el cementerio Jardines de la Esperanza y hoy será el adiós de una persona que toda su vida vistió de amarillo.

LA PIZARRA

ZAMBRANO en los 80 y 90 betunaba los zapatos de fútbol, cuando todos eran color negro. Ya en los años 2000 todo cambió, llegaron los de colores y de otros materiales.

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Don Berna Zambrano en su ‘oficina’ del Monumental, donde tenía toda la utilería.
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Foto: Jimmy Negrete y archivo El adiós de don Berna a sus 74 años de edad, de los cuales le dedicó a Barcelona 58.

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