Por culpa de bomba de ‘humo’
Que ayer se diera una alerta por una supuesta bomba en la Fiscalía de La Merced, justo cuando allí iban a tomarse versiones por el presunto femicidio de Lisbeth Baquerizo, indignó a sus familiares.
“Es un capítulo más de una película de horror”, dijo Kathy Muñoz, madre de la víctima.
En aquella dependencia judicial, en el centro de Guayaquil, debía presentarse a declarar, a las 09:00, la madre de Luis Javier Hermida Núñez, esposo de Liss y sospechoso del crimen, cuyo paradero es incierto. A los pocos minutos, una llamada anónima al ECU-911 informaba que presuntamente había un explosivo en el lugar.
Ante la advertencia, el personal de la institución y los usuarios que a esa hora se encontraban en las instalaciones tuvieron que abandonar momentáneamente el sitio.
Agentes inspeccionaron el edificio sin hallar ningún artefacto explosivo. A las 10:20, alrededor de 50 minutos después de la amenaza, nuevamente se permitió el ingreso al predio.
El mayor de policía Marcos Carranco, jefe de la gestión operativa del distrito Nueve de Octubre, refirió que se trató de una falsa alarma.
Kathy Muñoz y Mario Baquerizo, padres de Lisbeth, indicaron que, según su abogado, los padres de Hermida sí se habrían presentado.
Posteriormente, a las 11:00, hubo la toma de versiones. En ese rato debía asistir el progenitor del aparente implicado, pero no llegó. Durante la tarde estaba previsto que acudieran los hermanos de Hermida.
En tanto, la presentación de la madre de Luis quedó aplazado y se deberá fijar una nueva fecha para que asista.
Lisbeth fue hallada sin vida el pasado 21 de diciembre, en una vivienda de una urbanización en la vía Guayaquil-Salinas. En principio se pensó que su muerte fue natural, pero la autopsia reveló que sufrió un traumatismo craneoencefálico. Sus heridas habrían sido pegadas con líquido adhesivo.
Así opina
Justicia, eso es lo único que pido. Ya van más de 20 días desde que todo pasó y aún no hay resultados”.
KATHY MUÑOZ, madre de la víctima