“El miedo no ME FRENARÁ”
Jenny Villegas, esposa de Milton Villegas, víctima de asesinato por supuesto robo, “clama” por explicaciones de lo sucedido.
“Mis más sentidas condolencias a la familia Villegas. Fuerza para todos”. Era el último mensaje de pésame que se leía en un cuadernillo, al mediodía de ayer, en la entrada del velatorio de Milton Fernando Villegas Paredes, ingeniero agrónomo de 59 años que fue asesinado en el sur de la ciudad de Quevedo (Los Ríos) en la mañana del domingo 22.
Su esposa, Jenny Villegas, no se sentía triste. La mujer estaba “indignada”, según sus declaraciones, por lo que sucedió con el padre de sus cuatro hijos y esposo por casi 29 años.
Ella había organizado el velorio y sepelio de él sin conocer detalles de la balacera en la que él falleció, porque al acudir a la UVC donde le darían las pertenencias de su marido, ubicada en el centro de la ciudad, la encontró vacía.
“Lo único que sé, y eso por los rumores que me han llegado, es que el carro está en mi casa (lugar del suceso). No puedo asegurar si robaron algo o no porque ningún policía me ayudó ni me ha dicho nada”.
La señora Villegas contó que durante la mañana del domingo 22 estaba en Guayaquil, lugar donde labora y reside, cuando recibió una llamada en la que le indicaban que su esposo había sufrido un accidente de tránsito y que la posible causa de este percance había sido un asalto.
En el momento, ‘voló’ para la ciudad fluminense, donde Milton habitaba por cuestiones laborales. A mitad de camino su teléfono volvió a timbrar y fue avisada que el señor había recibido un ‘pepazo’ en el párpado derecho y que este había llegado a su cerebro.
“Soy abogada y he estado involucrada en medicina forense, entendí que si bien no estaba muerto sí era grave su estado”, contó la mujer, quien
cumple funciones administrativas en una universidad de la urbe porteña.
“En ese momento llamé a mi hijo mayor, quien había ido a despedirse el sábado, ya que viajaría al exterior, y él ya estaba enterado por redes sociales. Él solo me dijo: ‘Mamá, es cuestión de tiempo’” expresó.
Luego de esto, todo fue de mal en peor para Jenny. No alcanzó a Milton en el hospital al que fue trasladado (Hospital Básico Sagrado Corazón de Jesús) porque fue llevado a una clínica de Guayaquil.
“Elegí que sea allí porque no quería que mi esposo muriera como un animalito. Sé cómo es ese hospital y él no merecía terminar allí”, cuenta con molestia la mujer ante “la poca ayuda e información” que le brindaron.
Ahora, Villegas clama por justicia y quiere “ser la voz de las personas que han perdido a un familiar a manos de la inseguridad que vive Ecuador”.
“Me molesta el silencio de la Policía. Él ya falleció, ahora quiero que den con el culpable, con la persona que hizo esto”.
La mujer asegura que conoce Quevedo desde hace 20 años y que nunca había escuchado de tanta inseguridad como ahora. “Es incontrolable lo que sucede desde la muerte de Patricio ‘El Cholo’ Mendoza. No se puede vivir”, dijo.
Jenny junto a los allegados de Milton, amigos y conocidos velaron su cuerpo en el norte de Guayaquil; mientras que su cuerpo será sepultado en La Aurora.
LAS CLAVES El momento en el que lo asesinaron
1. El hombre fue acribillado dentro de su carro y al pie de su casa, en una ciudadela de Quevedo. Quedó con las manos en el volante de su auto, un Grand Vitara de cuatro puertas.
El hombre fue trasladado a Guayaquil
2. Fue llevado hasta una clínica de la urbe; sin embargo, llegó sin signos vitales. Tuvo que esperar al pie de la clínica más de seis horas para que el cuerpo sea levantado.
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MUERTES violentas se registran en la provincia de Los Ríos.