¡BÁJENLE YA!
Patricio Carrillo, ministro del Interior, dijo que no garantizaba el orden público en la ciudad tras la destrucción completa de un cuartel policial.
✓ Mientras la situación se complica en el país con más movilizaciones y actos vandálicos, enfermos tienen dificultad para acceder a la salud y eso los pone en riesgo.
✓ También hay muchos que por el desabastecimiento de alimentos y especulación de los precios no les queda más que comer sopita de fideo.
✓ Por su parte, el líder indígena Leonidas Iza se muestra reacio al diálogo con el presidente Guillermo Lasso, lo que dilata una solución a este caos que hoy cumple 11 días.
El punto neurálgico de la protesta nacional, convocada por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), se trasladó ayer hasta la Amazonía. La ciudad del Puyo, en Pastaza, amaneció como una zona de guerra tras la muerte de uno de los manifestantes, ocurrida durante la noche del martes.
El deceso fue de Byron Guatatoca, un dirigente de la nacionalidad kichwa de esa provincia, quien habría recibido un bombazo de gas lacrimógeno en su cara. Su muerte quedó registrada en un video, en el que se ve al cadáver tendido en una vereda y cómo su rostro emana humo.
Eso exacerbó los ánimos de los protestantes, quienes se fueron en contra de las instalaciones de un cuartel de Policía, ubicado en el centro de Puyo. Dentro del lugar, según Patricio Carrillo, ministro del Interior, se encontraban miembros policiales cuando comenzó la incursión. “Lo que se hizo primero fue evacuar a aspirantes de la institución y también a mujeres. Además, se protegió el armamento que se encuentra guardado en el rastrillo”, informó el funcionario.
Pero eso no importó porque quemaron y destrozaron todo el inmueble. Además de 18 vehículos: seis de ellos patrulleros y los demás de uso civil. Ante ello, el funcionario dijo que no había garantías para mantener el orden público por estos incidentes.
CULPAN A DIRIGENTES
Pero no fue el único punto afectado. Los manifestantes destrozaron una sucursal bancaria, así como instalaciones de la Cruz Roja y una Unidad de Policía Comunitaria de un sector llamado México. A decir de Carrillo, los ataques perpetrados por los de la protesta, de la nacionalidad shuar y kichwa, se ejecutaron con armas de fuego y con lanzas. Además, se habrían usado explosivos en los enfrentamientos con los gendarmes.
“Eso causó que tres compañeros policías resultaran heridos y uno de ellos con perdigones. Además, hay 18 uniformados desaparecidos y su localización se está coordinando con gente de la Unidad Antisecuestros (Unase)”, agregó Carrillo. A eso se sumó que otros tres fueron retenidos por estas comunidades.
Por último, el ministro culpó de
lo ocurrido a los dirigentes de los manifestantes, en especial a Marlon Vargas, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (Confeniae). “Se formaron dos grupos: uno que apoyaba el diálogo, pero apareció otro mucho más radical”, detalló Carrillo, quien afirmó que pondría una denuncia en la Fiscalía por estos actos que los calificó como vandálicos.
NO TIENEN NADA QUE VER
Ante la acusación, la Confeniae se pronunció en un comunicado. “El señor Carrillo, en un claro intento de desviar la atención sobre los excesos cometidos por la fuerza pública, intenta posicionar la idea de que las nacionalidades hemos promovido tales hechos”.
La organización se deslindó de cualquier responsabilidad por lo sucedido con el cuartel policial. Informaron que ellos ni siquiera dieron órdenes para que ocurrieran ese tipo de sucesos.
“Ratificamos que toda la responsabilidad recae en el Gobierno y en la Policía Nacional. Exhortamos a los organismos de Derechos Humanos a que se investiguen a profundidad los hechos suscitados y se establezcan las correspondientes responsabilidades”, finalizó el movimiento indígena.
Así opina
PATRICIO CARRILLO Ministro del Interior
❝ Han incendiado toda la infraestructura y no se puede garantizar el orden público”.
✓ EL DATO
La Policía, en cambio, dijo que la muerte del dirigente amazónico se produjo por manipulación de un explosivo.