¡VACILA TU LIBRA de tierra!
Moradores no soportan más el respirar la polvareda que se levanta, ni el peligro que sienten al no tener delimitado el ancho de la calle. Les han prometido soluciones, pero ‘nanay’ que les cumplen.
En el barrio de Alfaro Bazante, ‘si no es Chana es Juana’: la calle de su cuadra (la manzana F de la ciudadela Brisas del Norte, atrás de Sauces IV) parece una coladera por los huecos que han estado allí “por más de 15 años”. El polvo que se levanta al pasar los carros los enferma, y los bordillos que deberían delimitar las aceras son ‘Gasparines’ porque no se los ve.
El quinto callejón 17, que desemboca en la autopista Narcisa de Jesús, es el único que no ha sido arreglado, a pesar de que las vías paralelas fueron renovadas hace poco tiempo, indican los ‘vecis’. Incluso comentan que se postularon para el concurso ‘Balcón florido’ y que al inspeccionar los arreglos, una concejala del Municipio fue abordada por los lugareños, quienes les presentaron sus quejas, y ella les afirmó que lo comunicaría al departamento encargado. Sin embargo, nadie ha llegado por esos lares.
“Aquí sí que sufrimos. Estos huecos son inmensos y se han olvidado de nosotros. Por todas las otras calles pasaron y no nos tomaron en cuenta” asevera Teresa Ubillús, residente de 82 años que llegó a la zona hace 33 (en 1989), “cuando todo era monte”.
Para colmo, doña Teresa ha sufrido de enfermedades respiratorias y lo que le han diagnosticado es una alergia. Y por el polvo que recibe, debe limpiar su casa varias veces al día.
Algunos toman medidas para evitar la suciedad en sus hogares, como Teresa, que ha ubicado una malla plástica verde en su puerta para que no le entre el polvo. “Toca hacer esto. Si no, estuviéramos peor”, manifiesta resignada.
Any Marriott hasta ‘riega’ su metro cuadrado de calle para evitar tener que limpiar todos los días su terraza. “A eso de las 07:00 y como a las 17:00 a los carros los desvían para descongestionar la principal”, cuenta Marriott, quien desde hace 25 años reside en esta ciudadela junto con su esposo Fabián Villacís.
“Hasta miedo me da que me choquen el carro, porque cuando los desvían pasan ‘soplados’ y se orillan a las aceras para esquivar los huecos”, explica Fabián, en medio de la polvareda que se levanta al momento en que pasa un bus de la cooperativa Saucinc.
No obstante, no es el único que se ‘paniquea’ en esa cuadra. Gardenia Navas se asusta cuando a su hijo le toca ‘cachuelear’ en cerrajería al pie de su casa, porque ella quedó viuda hace un tiempo y él es el que se las ‘busca’. “Se le puede ir encima algún carro a mi hijo porque ellos se avanzan hasta acá -señala la puerta de su casa- para no caer en los huecos. Y como no hay bordillos, se suben nomás”.
En cambio, Manuel Salvador limpia todos los días con franela en mano y una jarra de agua su carro, un Mitsubishi Montero concho de vino, porque queda ‘todititito’ empolvado y le da vergüenza andar ‘vacilando’ así por la ciudad.
Allí cada quien toma una alternativa, pero estas al parecer no son suficientes porque los problemas siguen y hasta se agrandan, como los baches que don William Gorotiza ‘tapó’ con material que pagó de su bolsillo durante la semana del 11 de julio, y que ya estaban ‘jodidos’ otra vez la mañana del jueves 28.
ORDEN Les pintaron ‘pajaritos en el aire’
En un memorando del 28 de octubre de 2019, el subdirector de Obras por Administración de la Alcaldía de Guayaquil trasladó la petición de “calles en mal estado”, como las califica en el informe, al jefe de estudios y programación de ese momento, “por ser de su competencia”.
Sin embargo, el problema no ha sido solucionado.
Así opinan
MANUEL SALVADOR Morador
Tengo que limpiar mi carro todos los días porque se ensucia más de lo normal. Salgo con franela y agua”.
NURIA HERNÁNDEZ Moradora
No hay asfalto, no hay nada. En tiempo de lluvias las calles se inundan y esto se pone peor”.