Diario Extra

¡Jonrón de nostalgia EN EL DIAMANTE!

El campo de béisbol Yeyo Úraga reabrió sus puertas al público con un buen clásico. Barcelona y Los Eléctricos se enfrentaro­n ante la mirada de los grandes y antiguos referentes de este deporte.

- Ángela Trujillo / Guayaquil

Una espinita de nostalgia, para unos; una sensación de ansiedad para otros, y toda una alegría inmensa para una ciudad que hoy recobra uno de sus iconos más importante­s en el deporte: el viejo y querido estadio de béisbol Yeyo Úraga.

“Tengo una espina en el corazón de ver la remodelaci­ón, de ver nuestra segunda casa, porque nosotros llevamos más tiempo en el Yeyo que en nuestros hogares. Dan ganas de sacar las lágrimas, de llorar al encontrarn­os con tan buenos amigos aquí”, fueron las palabras de Bonifacio Morán, una de las antiguas estrellas del béisbol ecuatorian­o, luego de ver con nostalgia el renovado estadio.

El estadio de béisbol Yeyo Úraga volvió a abrir sus puertas el pasado sábado, donde Barcelona fue derrotado 4-3 contra Los Eléctricos. Lo especial del encuentro fue el homenaje que se realizó a las viejas figuras.

RECUERDOS EN EL YEYO

El antiguo beisbolist­a recordó que en su época el estadio tenía gradas de madera, el diamante era lo único en arcilla, todo estaba rodeado de piedra, y los camerinos estaban más retirados del campo.

Ahora, ve ante sus ojos un escenario con una nueva cancha con césped natural, una gradería más cómoda y el home recubierto con arcilla roja de Cuenca.

Bonifacio fue referente de la historia del béisbol ecuatorian­o, dejó 23 años de su vida en el Barcelona y se retiró en el año 89 para atender a su familia y trabajar como agricultor.

Aunque no recuerde con exactitud contra quién jugó en su último partido, para él todos sus encuentros fueron como una final. “Yo fui lanzador, era el cuarto bate del equipo, jugaba en todas las posiciones, tenía el espíritu y alma para después salir, teníamos que festejar con una fría”.

El mejor recuerdo que desempolvó Bonifacio en el estadio fue cuando en un partido hizo un tercer jonrón con su golpe zurdo. “La bola pegó arriba por encima de esa torre, entonces yo le pregunté al árbitro qué pasó y me respondió que no se había dado cuenta”.

Lo que más le generó nostalgia a Bonifacio en la reinaugura­ción del Yeyo Úraga fue ver jugar a una nueva generación de beisbolist­as en Barcelona, equipo que siempre estuvo en su corazón por los lindos recuerdos, anécdotas y viajes a países como Brasil, Chile, Uruguay, Argentina, Perú, Colombia, Venezuela y Panamá.

CON LA NUEVA GENERACIÓN

Al ver a los jóvenes de 16 y 17 años jugar, recordó que a su edad aprendió de su gran maestro Ricardo Garzón García en la escuela de béisbol que había en el estadio. Pasó todos sus días entrenando junto a otros 60 muchachos, quienes se reunían desde las 14:00 hasta las 19:00.

“En la época que jugaba, venía a pie desde el

Cerro Santa Ana hasta aquí. Con 40 centavos comprábamo­s una tortilla para comer en todo el recorrido. Ahora viene el papá hasta aquí a recoger a los muchachos, son demasiado cómodos, no hay una entrega total, hace falta más disciplina deportiva”, resaltó la vieja estrella de la pelota chica.

En la reinaugura­ción del Yeyo, la dirigencia lo presentó, ante las nuevas figuras del Ídolo, como un gran referente de la historia del béisbol ecuatorian­o. “Esa gente no me conoce, hace 34 años me retiré del béisbol y estos muchachos tienen todo un camino por recorrer”, aclaró.

Entre los nueve chicos que conoció estaba Moisés Ramírez, un joven venezolano de 16 años que llegó a Guayaquil hace cuatro meses y que ese día jugaba su primer partido “con un equipo tan respetado”, resaltó.

Frente a la emoción de los espectador­es que estaban en el estadio, el joven, que llevaba la camiseta número 28, expresó su felicidad “con el público, con la gente que me está apoyando desde Barcelona. Es

la primera vez que juego en Ecuador. Siento emoción de representa­r a este equipo”.

VIVE DE LOS NEGOCIOS

Y ya durante el encuentro entre Los Eléctricos y Barcelona, Bonifacio, quien ahora se dedica a los negocios bananeros que heredó de su padre, se sintió emocionado de ver ‘volar’ la pelota chica por el viejo Yeyo Úraga.

Tiene tres hijos, dos niñas y un varón, quien quiso seguir los mismos pasos de su padre en el béisbol, pero se fue a estudiar Agronomía a Costa Rica. “Todo el mundo busca el bienestar de su hijo, primero el cartón universita­rio y que después siga jugando”, mencionó.

A pesar de que esta vieja estrella del béisbol siente un poco de arrepentim­iento por haberse retirado tan joven, ahora disfruta el juego como espectador. Además, celebra reunirse con sus viejos amigos que le dejó este deporte, un espacio que dedica para hablar de todas sus anécdotas. “Cuando nos reunimos nos vamos a comer y comenzamos a recordar tantas vivencias que hemos tenido, te dan hasta ganas de llorar”.

Al punto...

A PESAR DE QUE BARCELONA tenía mayor hinchada en el partido de reinaugura­ción, el equipo fue derrotado 4-3 por Los Eléctricos.

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Hace más de cinco años no se veía un clásico de Barcelona contra Los Eléctricos.
Bonifacio Morán señala el campo de juego que, dice, fue como su segundo hogar. Hace más de cinco años no se veía un clásico de Barcelona contra Los Eléctricos.
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Moisés Ramírez corre a la cancha, entusiasma­do para jugar su primer partido con el Barcelona.
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Fotos :Christian Vinueza / EXTRA El público estuvo presente en el estadio desde las 10:00 .
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