Diario Extra

Se adelantaro­n SUS ‘PASCUAS’...

Dos mujeres fingieron que comprarían ropa y dentro de local embalaron a la chica que las atendía, luego le abrieron la puerta a sus secuaces para que se lleven los bultos.

- Romina Almeida Delgado

AAna se le hincharon los ojos de tanto llorar. Aún no se recupera de saber que el negocio que emprendió hace ocho años fue vaciado en una hora y media (aproximada­mente) por cuatro antisocial­es.

El robo fue en su casa-boutique, ubicada en las calles Padre Solano y Boyacá, centro de Guayaquil. Fue el viernes 21 de octubre, cerca de las 18:15.

Ana está fuera del país, pero Julia, una empleada, se encargó de atender el negocio. La joven, de unos 20 años, le abre la puerta a dos mujeres que ‘amagaron’ ser clientes, dizque querían ver vestidos.

Ya en el interior, una de las féminas simula medirse una prenda; la otra estaba de ‘miranda’. La del probador le pide otra talla, Julia se la pasa y es allí cuando la mujer le hala del brazo y del cabello. A la fuerza la mete al probador. La otra lleva la cinta de embalaje y ambas ‘forran’ sus extremidad­es.

“Me dijeron que si me movía, me daban un puñete o me sacaban la pistola. Yo me quedé quieta, pero estaba atenta para oír todo. Me preguntaro­n dónde estaba la cocina y me pareció extraño porque es en ese lugar donde mi jefa guarda las maletas más grandes. También me preguntaro­n por la tarjeta del ascensor porque esta funciona con un dispositiv­o, se llevaron las llaves y todo”, relata la muchacha, a quien también se le llevaron su celular y sus ahorros, $ 120. También se llevaron una laptop, el celular del ‘nego’, cerca de 80 carteras, más de 30 pares de zapatos, todo tipo de ropa, solo le dejaron las que estaban en descuento. “Me robaron todo lo de diciembre. Es ropa americana y de marca. Como yo vivo allí, entraron a mi cuarto y se llevaron accesorios, vestuario, joyas. En mercadería se llevaron como $ 20.000 y en mis pertenenci­as, 3.000 a 4.000 dólares”, cuenta Ana, quien tiene que reponer el dinero que clientes al por mayor le entregaron por sus mercadería­s.

Ana dice que no le da miedo volver a empezar, pues ella es ‘camellador­a’, lo que le asusta es volver a ser presa de la delincuenc­ia, por eso contempla la idea de vivir en otro país.

‘ PANIQUEO’ Julia usó sus dientes para ‘desembalar­se’. Luego pidió ayuda por una ventana que está en el interior del local. Ese día no durmió ni comió y se imagina a las ‘choras’ en todos lados.

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 ?? Fotos: Romina Almeida / EXTRA y Captura de pantalla ?? Con ‘mechoneada’ y todo fue el robo. Antes de embalarla, a Julia le halaron brazo y pelo.
Fotos: Romina Almeida / EXTRA y Captura de pantalla Con ‘mechoneada’ y todo fue el robo. Antes de embalarla, a Julia le halaron brazo y pelo.
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La mayoría de las perchas quedaron peladas, solo dejaron prendas de descuento. Por medio de la pequeña ventana, Julia pidió socorro.
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‘Como el pavo’ bajó uno de los ‘choros’, quien del quinto piso bajaba las maletas.

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