¡Adiós con el rugir DE MOTORES!
En un barrio de la parroquia 7 de Octubre de Quevedo reinaba la tristeza. En la zona también vive un pana del extinto, quien se encuentra en estado delicado en un hospital.
Junto al féretro de Andrés Paúl Molina, de 28 años, a quien llamaban El Chino, colocaron su motocicleta, con la que participó en diversas carreras.
Desde la noche del miércoles, en la parroquia 7 de Octubre, entre las calles Cuarta y Quinta de la ciudad de Quevedo, Los Ríos, velaron los restos del joven que gustaba de las competencias motorizadas. Hasta el lugar llegaron sus panas con sus motocicletas e hicieron rugir sus motores para darle el último adiós.
La mañana de ayer se vivieron momentos de nostalgia luego de que un grupo de hermanos en Cristo de la Iglesia Apostólica dieran palabras de aliento para la familia.
El padre Pedro Molina Laje recordó cómo antisociales le arrebataron la vida de un disparo en la cabeza.
Familiares y amigos hicieron oraciones y clamaron por el alma de Andrés, para que esté con el Creador y también por la recuperación de su amigo.
EN HOSPITAL
En el barrio había una atmósfera de consternación, pues a media cuadra de donde velaban a Molina se encontraba la familia de José Lara, amigo de El Chino, otro competidor de motos, que el pasado domingo tuvo un accidente que lo mantiene en estado de coma.
Washington Lara, padre del herido, mencionó que están pasando por un duro momento que no se lo desean a nadie y solo espera que personas que estuvieron frente a la organización del evento se hagan presentes con cualquier ayuda.
El pariente reconoce que fue un accidente el que tuvo su hijo, pero espera que no los abandonen en este período tan crítico, que él está luchando por su vida.
Para mañana tienen planeado hacer bingos y rifas solidarios para recaudar fondos y de esta manera poder costear los gastos que enfrentan.