“YO LE SACO LA RAÍZ CUADRADA A TODO”
PAMELA SAMBRANO
Es el primer protagónico en su carrera actoral y Pamela Sambrano dista mucho de ser la típica diva en decadencia, impuntual, caprichosa y pretenciosa. ¿Pero qué hay de su papel, aquella mujer que se enamora de Don Day?
¿En qué se asemejan Pamela y Valentina?
En que ambas somos decididas. Pero Valentina es explosiva, yo soy calculadora (sonríe). Para que yo reaccione mal, debe pasar algo realmente grave.
¿Cómo enfrenta Pamela las situaciones difíciles?
Soy de las que piensan y analizan. Después de haberlo hecho 80 veces, tomo una decisión. Mi personaje es impulsivo y quiere todo ya. Yo, en cambio, saco la raíz cuadrada a todo.
¿Y en el amor también es así?
Lo he hecho y he estado consciente de que me equivoco, pero me he engañado a mí misma. Antes decía ‘no, yo lo puedo cambiar’ (risas), hasta que te das cuenta de que nadie cambia por nadie.
¿Está totalmente volcada a su carrera actoral?
Estoy casualmente en clases con Iñaki Moreno, quien hace de mi papá en Compañía 593. Aprendo la técnica Meisner. Ahora es mi profesor.
¿Ha hecho amigos en la televisión?
Ya era amiga de Iñaki (Moreno), se me hizo muy difícil verlo como papá, porque la diferencia de edad es solo de seis años. Yo voy para los 34. Bueno, te puedo decir que esta producción me ha dejado amigas como Renata Salem, Alejandra Paredes, Jomahira Ganchozo, Mafer Pérez, Fabiola Véliz.
¿Qué se siente ser protagonista?
Una gran responsabilidad. Lo he gozado de principio a fin, pero preocupada todos los días. Mi primer miedo fue estar rodeada de gente con experiencia, pero han sido muy generosos, me trataron bien desde el primer día. Me sentía protegida, pero soy muy perfeccionista.
Qué chévere verla sin poses y conversar con total naturalidad, sabiendo que es la heroína de la novela...
(Risas) Me han contado de gente que no puede maquillarse ni peinarse igual que el resto, o a la que no pueden sentar al lado de la otra. Qué pereza. Las cosas no van por ahí. No hay que ver competencia. Todos aprendemos de todos y depende también de la formación que tengas. Lo que envidias en otros es lo que a ti te falta.