DON NARCISO ER JUBILADO por mirar a Concepción,
¡raudo fue hospitalizado al trepársele la presión!
Don Narciso asomado en su amplio balcón, quedose anonadado viendo ese mujerón.
Abriendo sus ojazos pa’ agüeitarla mejor, sintió los pinchazos directos al corazón.
Le vino la calentura una fría sudoración, flaqueó la nervadura tremenda impresión.
Perdió todo sentido se le nubló la visión,
su cuerpo desvalido de viejito ochentón.
Caminando al vuelo fino paso coquetón, como rojo caramelo vestía la Concepción.
Negro pelo azabache ojos pechiche pintón,
cinturita de aguacate finos labios bermellón.
Don Narciso avistaba de lo alto del balcón, bellezas que pasaban esa era su distracción.
Había sido advertido por su galeno doctor, aquel vicio masculino no debe ser abusador.
Cuando se es jubilado evitar toda alteración, andarse con cuidado tomando medicación.
Pastilla pa’ toda cosa la próstata o er riñón, la emulsión poderosa pa’ la tos der pulmón.
Andar bien abrigado aun que sienta calor, acostarse temprano frío sereno será peor.
No bañarse en er río sí ya se ocultó er sol, le vendrá escalofrío se debe usar mentol.
El reuma se presenta con fuertísimo dolor, la artritis atormenta un mal inmovilizador.
Ese pellejo arrugado ha perdido ese rigor, con er rabo chupado ya no tendrá tal vigor.
Narciso desmayado Maribel lo socorrió, y su yerno Giraldo al hospital lo cargó.
Entró a emergencia rápido se lo atendió, aplacar fea dolencia al corazón lo golpeó.
Quedó hospitalizado débil salud se agravó este viejito jubilado ¡antes que no murió!
Cumplir a raja tabla advertencia no faltó, sin decir una palabra don Narciso lo acató.
Ahora ya no asoma a su amplio balcón, ni mirará de broma a la tal Concepción.
REFLEXIÓN
Tomarse la medicina
er doctor recomendó, no subir la adrenalina ni alterar tu corazón.