Diario Extra

Pablo y sus manos ‘MILAGROSAS’

Lleva más de 30 años ‘curando’ golpes y torceduras; acepta cualquier paciente, pero su especialid­ad son las dolencias en la columna. Tiene un tónico secreto que alivia cualquier dolor.

- Mario Valiente Velásquez / Guayaquil

Tenía un estrés fatal, él (Pablo) me sobó y al día siguiente ya desperté ‘papelito‘”

CARLOS RENDÓN

Paciente

No cobro, sino que acepto la voluntad del paciente para que duerma tranquilo con su conciencia”

PABLO MOSQUERA

Sobador

Con sus manos y un pequeño frasco de aceite para bebé como sus herramient­as de trabajo,

Pablo Jaime Mosquera recorre varios barrios del sur guayaquile­ño ofreciendo alivio alas dolencias de sus conocidos clientes habituales.

Mosquera, un ‘sobador’ de 56 años, nació en Esmeraldas, pero se crio en Guayaquil desde los 5; así, de esmeraldeñ­o solo conserva la ascendenci­a, porque en su forma de andar, hablar y comportars­e es un ‘guayaco’ más.

Él asegura que, si bien puede aliviar varias partes del cuerpo, su especialid­ad son los problemas de espalda. “Incluso vienen desde Charapotó (una pequeña parroquia rural del cantón Sucre, en la provincia de Manabí), que es como la capital ecuatorian­a de los sobadores, a consultarm­e y aprender de mí”, afirmó mientras masajeaba la mano de una residente de la Isla Trinitaria.

La mujer, quien prefirió mantenerse en el anonimato, lo había llamado para que le ayudara con un dolor cervical y tenía todo preparado para la sesión: dos sillas y una mesa era todo lo necesario.

Mientras tomaba el brazo izquierdo de la señora y con la punta de sus pulgares lo recorría, desde el codo hasta la punta del dedo medio, haciendo presión en distintos puntos, Pablo recordaba que descubrió su “don entregado por Dios” desde niño, aunque no podía recordar la edad exacta. Sin embargo, fue durante el servicio militar obligatori­o que desarrolló y perfeccion­ó sus habilidade­s.

“Hice la conscripci­ón en el Batallón de Infantería N.° 20 Capitán Díaz, en Cariamanga (provincia de Loja), y fue allí donde, al masajear a mis compañeros lesionados, me di cuenta de que tenía un don. Incluso los oficiales me buscaban para que los atendiera. También curo derrames; con una sola sesión de masaje ya se sienten mejor”, aseguró mientras aplicaba presión en el brazo de la señora, quien soportaba el dolor con el fin de que Pablo pudiera “ajustarlo todo”.

Cuando un vecino de la zona notó al equipo de EXTRA entrevista­ndo al sobador, salió rápidament­e de su vivienda para compartir su testimonio sobre las “manos milagrosas”.

Se puso una camiseta, se identificó como Carlos Rendón y narró que “tenía un estrés terrible, me sentía pesado, desganado, con los músculos tensos, y él (Pablo) me dio un masaje en todo el cuerpo; esa noche me dolía todo, pero al día siguiente me sentí como nuevo”.

Mosquera garantiza su trabajo y afirmó con confianza que, incluso para los casos más extremos, tiene su ‘arma secreta’: una loción preparada con alacranes fermentado­s en aguardient­e y plantas medicinale­s. Además, no tiene una tarifa fija, sino que acepta “la voluntad del paciente para que pueda dormir tranquilo con su conciencia”, dijo al concluir su tratamient­o; mientras tanto, la paciente se mostraba feliz y satisfecha por el alivio de su dolencia.

CONTACTO

Quienes sufran dolores a causa de golpes y torceduras y deseen el tratamient­o de Pablo Mosquera, pueden contactarl­o al teléfono: 0991288831.

 ?? Fotos: Alex Lima / EXTRA ?? Pablo Mosquera solo requiere de dos sillas para tratar a sus pacientes.
Fotos: Alex Lima / EXTRA Pablo Mosquera solo requiere de dos sillas para tratar a sus pacientes.
 ?? ?? Mosquera recorre sectores del sur de Guayaquil para visitar a sus clientes.
Mosquera recorre sectores del sur de Guayaquil para visitar a sus clientes.
 ?? ?? El sobador presiona y dobla la mano de una paciente con dolor de espalda.
El sobador presiona y dobla la mano de una paciente con dolor de espalda.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Ecuador