DAYANARA PERALTA:
“Extraño los jeans, pero disfruto el glamour de mi reinado”
Dayanara Mishelle Peralta Loor luce una figura esbelta. Sus piernas largas, la admirable seguridad en sí misma, su temperamento y postura ante las cámaras le dan un porte de reina. La encontramos días después de ser coronada comoMiss Teen Universe 2015, cerca de las 16: 00 de una soleada tarde de Guayaquil. Vestía un jean azul, una colorida blusa y sandalias. A esa hora, debido a las múltiples ocupaciones, la jovencita de 18 años no había almorzado aún, pero su locuacidad y simpatía estaban intactas. Mientras una profesional la maquillaba y otra ordenaba su extensa cabellera para la producción fotográfica de Dominguero, ella comenzó a hablar de su vida y cómo se convirtió en la adolescente más bella del universo.
“Debo estar bien puesta”
Ha transcurrido casi un mes desde el certamen - que se realizó en el bicentenario Teatro Abril de Guatemala entre representantes de 23 naciones- y ahora afirma estar más relajada, pero igual de comprometida con su título, “lo cual implica mantenerse siempre bien puesta, maquillada y peinada”. Confiesa extrañar los jeans, aunque disfruta plenamente de la corona y el glamour que lo envuelve. “Soy muy cómoda al vestir. Me gusta usar en la Costa, pantaloncillos, blusas holgadas, sandalias o zapatillas flats; en Quito o en climas fríos, botas, jeans y chaquetas. No pueden faltar las gafas y el cabello suelto, y cuando me toca algo formal, vestidos casuales, cortos y no pegados al cuerpo”. Al hablar del concurso recuerda que fue una noche de emociones y lágrimas “Incluso hubo una cena al final de la velada y seguía llorando. No quería comer y a la hora de dormir nome quería sacar la corona ni la cinta. Me sentía la mujer más feliz del planeta”. Uno de los momentos de mayor tensión, como usualmente sucede en estos reinados, fue el de las preguntas del jurado. Aún añora orgullosa cuando le pidieron un mensaje para las mujeres que nacieron con escasos dones estéticos o de belleza y ella los conmocionó al responder: “Ninguna mujer es fea. La parte física no te hace especial, sino lo que tienes dentro, y todas somos unas princesas porque somos hijas de un rey, y ese rey es Dios”. Con sus padres, que siguieron el concurso por Internet junto a otros familiares en la sala de su casa, compartió su felicidad luego de la coronación y les reveló la falta que le hicieron.“Mis compañeros del colegio también estuvieron pendientes; ellos me habían amenazado con no dejarme bajar del avión si no venía con la corona y el cetro”, dijo entre risas.
Disciplina y carisma
Su madurez, seguridad, carisma, disciplina y compromiso con su rol dentro del certamen de belleza - como lucir impecable y de buen ánimo desde las 05: 00 en el desayuno-, fueron parte de las razones por las que este logro recayó por primera vez en Ecuador, además de la parte física. Dayanara mide 1.74 y sus medidas son 90- 60- 95. Su preparación, con la asistencia de sus mánagers Marcelo Ulloa y William Silva, duró un año, “entre rutinas en el gimnasio, tratamientos corporales, atención odontológica, modelaje y clases de dicción”.
El escenario, un amigo
Para Dayanara, nacida en Guayaquil un 31 de octubre, los escenarios no son desconocidos; canta desde los 4 años y a los 6 era modelo de fotografía para marcas nacionales. A los 13, participó en el reality Pequeños brillantes y a los 16 años obtuvo el segundo lugar en Oye mi canto. “Siempre me gustó mucho la música y disfrazarme. Me ponía cualquier cosa encima y cantaba sobre la cama. Empecé estudios de canto cuando tenía 10 años en Borkis Entertaiment”. Vivió cuatro años en Quito. En la capital estudió en el colegio Johannes Kepler y después regresó a Guayaquil por el trabajo de su padre, quien se desempeña comosupervisor de ventas. Actualmente es parte del grupo Kandela & Son y se identifica con las cantantes Whitney Houston, Ariana Grande, Christina Aguilera y localmente con su madrina Pamela Cortés. El gusto por el canto lo heredó de su abuela Isabel, quien era miembro de un coro. En todas las actividades en las que incursionó ha contado con el apoyo de su madre, Cecilia, quien fue reina del Club de Leones, y de Xavier, su padre, “aunque en los inicios no le agradaban los concursos de belleza”. De ellos aprendió que los sueños e ilusiones no tienen límites y que “cuando pensamos que estamos derrotados, es cuando debemos sacar fuerzas y luchar por aquello que realmente queremos”. Esta jovencita, aficionada al patinaje artístico, también está emocionada, porque como muchas chicas está próxima a recibir el grado de bachiller de la Unidad Educativa Cenest Harvard, aunque a diferencia del resto, en su casa, además de libros y cuadernos, reposan la corona y cinta que la acreditan como la nueva Miss Teen Universe.