¡ NO Y PUNTO!

Viviana tiene un temperamento duro y su esposo, Juan, lo sabe. Ella hace respetar su decisión.

Sucede y mucho. Hay ocasiones en las que el hombre llega a su casa con una ganas incontrolables, pero la mujer por cualquier motivo no quiere. Viviana es de esas mujeres que tiene un temperamento duro y su esposo, Juan, lo sabe. Cuando ella no tiene ánimo para ‘ abrazarse bajo la sábana’, frase clave que usa su esposo para referirse al sexo, dice “no” y punto, pero no todas las parejas son como Viviana y Juan. Hay historias y muchas en las que un ‘ no’ no es una respuesta cuando el cosquilleo en la entrepierna está en su máxima expresión. Forcejeo, empujones y hasta golpes. Ese tipo de relatos los escucha Juan muy a menudo en esas salidas con sus amigos. Mientras ellos ríen luego de cada historia, él disimula con un sorbo de cerveza. Y ni se diga cuando le preguntan por su relación, inventa una historia similar con tal de no ser la burla. Un día regresó bastante decepcionado. Abre la puerta y la ve. Cubierta por una sábana blanca. La luz de la lámpara sobre el velador delinea su silueta desnuda. Juan camina hacia la cama y se sienta so- bre su lado dándole la espalda. La mujer, por detrás, coloca su mano en el hombro de él y recorre lentamente el pecho, mientras con la otra le gira la cabeza y lo besa. La mano de ella baja hasta sujetar la entrepierna. Juan reacciona con un ‘ no’. Viviana lo mira. Ve unos ojos humedecidos y luego una lágrima cae por la mejilla. Lo abraza y solo escucha un “perdóname”. Ambos regresan a la cama. Juan relata la incómoda relación con sus amigos y cómo mentía ante ellos. Viviana lo abraza y lo cubre con la sábana. Ella le susurra al oído: “Nos estamos abrazando bajo la sábana”. Él solo lanza una carcajada recordando que es su frase clave para el sexo. Él pregunta: “¿ quieres?”. Ella responde: “Sí”.