Karla Morales
“Tuve mucho miedo cuando vi a mi hijo”
Sentada en un mueble blanco en la sala de su casa, Karla Morales sostiene con mucho cuidado a su bebé, quien llegó al mundo hace apenas quince días. El nombre de esta abogada en Derechos Humanos, de 31 años, se convirtió en mediático gracias a sus acciones de ayuda inmediata frente al terremoto que sacudió Manabí y parte de Esmeraldas. Logró que tanto empresas privadas como ciudadanos civiles del país se movilizaran en auxilio de quienes habían quedado desamparados por el cataclismo ocurrido el 16 de abril del 2016. Su sentido altruista llevó incluso, a la hija del periodista deportivo Carlos Víctor Morales, a crear una fundación preocupada por la educación y el bienestar de las niñas. Entre su trabajo y el cuidado de su bebé Alonso Ezequiel, Morales sacó tiempo para hablar con DOMINGUERO del significado de ser no solo madre biológica, sino la mamá adoptiva de Alejandra y Ariela, dos pequeñas a las que vio nacer y que hoy crecen junto a ella.
¿ PODRÍAS DESCRIBIR EL PRIMER MINUTO QUE TUVISTE A ALONSO ENTRE TUS MANOS?
Tuve mucho miedo cuando lo vi. Mucho miedo porque ahí empezaba la siguiente operación, por una complicación a la altura de mi ovario. Fue impresionante y aterrador como vi a esa persona menos de un minuto y no me quería morir para no hacerle falta.
¿ ERA RIESGOSA LA OPERACIÓN?
No, pero no sabíamos a qué nos enfrentábamos. Al principio del embarazo me dijeron que podría perder al bebé por salvar al ovario y respondí: “Están locos, prefiero perder el ovario y no a mi hijo”. Luego de la segunda operación me enteré que había perdido una parte de él.
¿ POR QUÉ ALONSO EZEQUIEL?
Ezequiel porque es el nombre del papá y porque me gusta lo que significa “la fortaleza de Dios”; y Alonso para diferenciarlo, justamente, del padre cuando los rete y por el significado: nobleza.
¿ CÓMO VISUALIZAS LA VIDA DE TU HIJO?
Feliz y sintiéndose incondicionalmente apoyado por su familia. Si quiere ser payaso, que lo sea, pero siempre le diré que sea el mejor payaso.
¿ QUÉ CUALIDAD ESTÁS CONVENCIDA QUE LE VAS A TRANSMITIR?
La principal cualidad que quisiéramos sembrar y ver crecer en él es la empatía. La capacidad de poder ponerse en los zapatos de los otros para cambiar lo que siente, lo que le duele.
¿ Y PREOCUPACIONES EN EL MUNDO?
La falta de empatía precisamente, la indiferencia del mundo ante el dolor de los demás. Y que sepa que tiene derecho a sentirse triste y reconocer en la tristeza una capacidad para poder sanar, para resurgir, para reconstruir.
¿ ESPERABAS UNA NIÑA?
Soy honesta, siempre quise que mi primer hijo biológico sea un niño, siempre quise eso porque me llevo muy bien con los
hombres. Mis mejores amigos son hombres como mi esposo, mi gran amigo.
FRENTE A UNA SOCIEDAD HISTÓRICAMENTE MACHISTA, ¿ QUÉ PLANES TIENES EN LA EDUCACIÓN DEL BEBÉ?
Él va ser el más feminista de todos – bromea-. No le voy a imponer nada, pero sí le voy a poner las herramientas para que él escoja con cuál quiere enfrentarse a la vida y va a tener en claro que para barrer en la casa, lavar los platos no se necesita ni pene ni vagina, sino brazos y piernas.
¿ CÓMO LLEGARON ARIELA Y ALEJANDRA A TU VIDA Y A LA DE TU ESPOSO?
Con la mamá, Merly. Ella vino desde San Lorenzo en Esmeraldas a vivir y a trabajar en Guayaquil y la familia creció automáticamente. Los acogimos a todos. Arielita llegó de un año y Ale en la barriga de la mamá y son parte también de mi vida. Ellas saben que tienen dos madres que las apoyan y quieren incondicionalmente.
¿ QUÉ SENTISTE LA PRIMERA VEZ…?
Flechazo – se adelanta y responde, como quien esperaba esa pregunta-. Con Ariela porque fue una necesidad de protegerla urgentemente porque cuando llegó, tenía una complicación en el ojito izquierdo, que extirparon después de una decisión médica y ahora usa una prótesis. Y con Alejandra fue amor a primera vista, fue tener un bebé en una casa llena de adultos, como Alonso, que nos trajo alegría. Con las dos recordamos cosas tan triviales que acabamos olvidando como jugar.
LAS ESTÁS EDUCANDO DE UNA FORMA ESPECIAL.
Ser niñas de por sí ya es un desafío y al ser negras en una sociedad que todavía discrimina, ellas tienen otro desafío. Los niños pueden ser crueles a veces, entonces hay que prepararlas para que eso no las dañe, no las rompa, enseñarles que deben abrazar su color de piel, que deben estar orgullosas, felices con su pelo afro. Creo que estamos educando a dos niñas con el temple suficiente para decir, “me encanta ser negra y qué”.
¿ TE SENTISTE ALGUNA VEZ ENCASILLADA EN LA FIGURA DE LA CHICA CON BUENAS INTENCIONES TRAS EL TERREMOTO?
Lo sentí y lo sentí con mucho orgullo, pero no solo éramos un grupo de jóvenes buena gente. Teníamos capacidad de gestión, de ejecución. Podíamos lograr cosas desde lo técnico, no solo desde el buen corazón.
¿ QUÉ PREOCUPACIONES TE LLEVARON A ESPECIALIZARTE EN LOS DERECHOS HUMANOS?
Hubo una situación que siempre me acompaña, cuando era chiquita intentaron abusar de mí. Logré evitar esa violación por este discurso de “tu cuerpo es tuyo, nadie lo puede tocar, nadie te puede obligar” que me repetía mi madre. Eso me dejó consciente de esta realidad que vivimos las mujeres desde los tres años, en mi caso. Entonces, primero quería estudiar Periodismo para denunciar estas situaciones, pero luego reflexioné y me dije que no era suficiente desde la sed que tenía. Apliqué a una beca en Washington D. C. para ser abogada en Derechos Humanos gracias a un novio en esa época y la conseguí por suerte. Pero no quería ser un cerebro en fuga, sino uno que regresara.
¿ POR QUÉ ‘ LET’S GIRL RISE’, TU FUNDACIÓN, SE PREOCUPA TANTO POR LA EDUCACIÓN DE LAS NIÑAS?
La educación es la única vía para romper cualquier tipo de cadena. Una niña educada no quiere salir embarazada a los 15 porque sabe la responsabilidad que implica, una niña educada no va creer que debe casarse con un millonario para llegar a ser alguien, una niña educada va a poder identificar una situación de abuso, una madre educada no va a tolerar esas situaciones porque no las quiere para ellas ni para sus hijos. Una niña educada es una oportunidad para una comunidad entera.
¿ QUIÉN TE INSPIRA A VER EL MUNDO COMO LO VES?
Las niñas, sobre todo las indígenas. Ellas, en mi opinión, son las constructoras del futuro, en complemento con el hombre.
¿ CUÁL SERÁ EL PRIMER LIBRO QUE LE LEERÁS A ALONSO?
Ya le estoy leyendo ‘ Cuentos de niñas rebeldes’. Lo leemos junto a Ariela y Ale. Son historias de mujeres contadas desde un lenguaje infantil y cómo ellas lograron destacarse como científicas, escritoras, modelos...
Las llaves suenan y paso seguido se abre la puerta: Ariela, Ale y Ezequiel han llegado, con la familia completa la entrevista termina.