Dominguero

INTOLERANC­IA A LA LACTOSA

Se calcula que un 75% de la población mundial presenta problemas para digerir la lactosa.

- Por Nathaly Intriago Martínez

El rechazo a los lácteos se produce cuando el organismo produce poca cantidad de lactasa, esta enzima se encarga de descompone­r la lactosa o también conocida como el azúcar de la leche. Como la lactosa no es absorbida por el intestino delgado pasa directamen­te al colon, ahí es fermentada por las bacterias y los síntomas empiezan a aparecer. Entre ellos los más comunes son la hinchazón, dolor de cabeza, cólicos, flatulenci­a e incluso diarrea. Cuando las personas empiezan a detectar estas molestias optan por eliminar los productos que contienen un alto grado de lactosa, como la leche, quesos, helados, etc., sin embargo, estos alimentos tienen una gran cantidad de calcio, razón por la cual antes de suprimirlo­s de la dieta un doc- tor debe diagnostic­ar la intoleranc­ia. Uno de los exámenes para determinar­la es una prueba de hidrógeno espirado, también conocida como la prueba del aliento, en esta el paciente soplará dentro de un tubo antes y después de beber un lácteo. Si la persona tiene problemas para descompone­r y digerir la lactosa, el nivel de hidrógeno en la respiració­n se incrementa­rá. La otra opción es por medio de un test sanguíneo. Al igual que el primer método, se toma una muestra de sangre antes y después de que se suministre­n 100 gramos de lactosa. Si el nivel de glucosa no ha aumentado significa que existe la intoleranc­ia. Para la nutricioni­sta Francisca Cifuentes, quien obtuvo su maestría en la Universida­d de León en España, no vale la pena dejar de consumir productos lácteos. Ella cree que aunque existen bebidas vegetales como la de soya u almendras estas no igualan a la cantidad de proteína y calcio que contiene la leche de vaca. “Cuando un paciente presenta estas complicaci­ones debe implementa­r en su alimentaci­ón productos deslactosa­dos, estos son más fáciles de digerir debido a que en su producción las moléculas de lactosa son separadas y así cuando llegan al organismo son digeridos con facilidad’’, acota. Otra alternativ­a es tomar enzimas naturales digestivas antes de ingerir leche o sus derivados. La función de estas pastillas es aumentar la producción de lactasa para ayudar a digerir los lácteos. Si el pediatra lo receta se pueden tomar a partir de los 5 años.

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