El experto dice:
Según el médico veterinario y zootecnista Marcelo Roussel González, los gatos, por ser cazadores innatos, se conforman con lugares reducidos en donde se puedan esconder y tengan obstáculos, por esto las casitas en las paredes son recomendables. Es muy difícil que este felino se intoxique por elementos que estén en la casa, ya que son muy selectivos gracias a su lengua. Si perciben olores fuertes ellos se alejan y no caminan por superficies húmedas. Sin embargo, pueden presentar problemas cuando comen alimentos en mal estado o espinas de pescado. Por lo contrario, los perros, en especial los de gran tamaño, necesitan espacios grandes para sacar toda su energía. Cuando los canes están encerrados en un espacio reducido tienden a estresarse. Con estos animales hay que tener más cuidado con los objetos pequeños como medias y pelotas, ya que pueden tragárselos cuando están en lugares pequeños y los dueños no los sacan a pasear. Son más traviesos y menos precavidos que los gatos, por esta razón van más seguido al veterinario. “Existen enfermedades inmunomediadas que se producen por cuadros de estrés tanto en perros como en gatos, sobre todo cuando el espacio no es el adecuado o si en el ambiente hay exceso de ruidos o fuegos artificiales”, acota el experto. El lugar que se destine para alimentarlos puede ser dentro o fuera de la casa. Hay que tomar en cuenta que debe ser amplio, estar limpio, surtido con mucha agua y sin obstáculos.