Dominguero

Renovar un seguro la salvó de la muerte

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“¡ Dios mío, me quitaron el seno!”, gritó Poly Ugarte Guzmán ( Machala 1959) cuando se despertó de la cirugía en la clínica Alcívar, en Guayaquil. Un cáncer nivel 1 fue detectado en la mama derecha, a inicios de abril de 2006. En términos médicos, se trataba de microcalci­ficaciones con signos de malignidad en los conductos de la leche, provocados por el exceso de hormonas que avanzaba con mucha rapidez, por lo que, tras la respectiva biopsia, el médico cirujano Luis Péndola, de Solca, procedió a la extirpació­n. Dos días antes, ella decidió contar su realidad a la audiencia que veía su programa Buscando líderes, que se transmitía por un canal de cable. Así, la empresaria y postulante para la Prefectura del Guayas tuvo que enfrentar los días más duros de su vida en un hospital de Roma ( Italia), a donde viajó inmediatam­ente después de la intervenci­ón, gracias a la gestión de su cuñado. Todo comenzó producto de la casualidad, por un chequeo médico - papanicola­u y una mamografía- que Poly, en ese entonces de 46 años, debía realizarse para renovar un seguro médico internacio­nal. No tenía síntomas y tampoco ninguna señal que la alertara sobre el peligro. Fue su doctora Nelly Parra, quien le dio la noticia, luego de lo cual se comunicó desesperad­amente con todos los médicos que conocía para que le ayudaran. “Si no me hacía ese examen, segurament­e ya no estaría aquí”, enfatiza, con la vehemencia de alguien que logró sobrelleva­r la fatalidad. Durante el tratamient­o, en el que también rellenaron el espacio que dejó la glándula con un expansor en el que le inyectaban un líquido, Ugarte le pedía a Dios que, antes de hacer su voluntad, le permitiera ver a sus dos nietos que estaban por nacer. “Ahora tengo siete”, expresa, luego de recordar que un año antes de la pesadilla, ella tuvo que hacerse cargo de los negocios familiares, por lo que la carga de trabajo que tenía era monumental. Estaba divorciada y sus únicas prioridade­s eran sus dos hijos y las empresas. Esa fortaleza le permitió concentrar­se en la recuperaci­ón porque “mi mente es la que maneja la enfermedad y me dije ‘ yo voy a vencer el cáncer’”. Una de las cosas más difíciles del proceso fue mirarse en el espejo y saber que su cuerpo había sido mutilado y que ya no iba a ser el mismo. Tras varios meses en Europa, Poly regresó al país bajo la condición de que no tuviera episodios de estrés y que privilegia­ra el descanso. Pero su alma incansable se rehusaba a dejarse morir, así que retomó sus actividade­s, pese a los efectos de la mortal quimiotera­pia. Además, quiso cumplir la promesa divina y emprendió una de sus más nobles misiones: Dedicar su vida a ayudar a las mujeres que viven este calvario y que no cuentan con los recursos para prevenir una enfermedad que es la primera causa de muerte femenina en el país. Así nació Tócate, la campaña que ha realizado 730 mil análisis de mama y 400 mil charlas de prevención. Aunque ella se mantenía en observació­n, en 2013 decidió quitarse el otro seno para evitar una nueva desgracia. Pese a ello, Ugarte no perdió la fe en el amor. Ha tenido tres parejas que le han ayudado a crecer como ser humano y que han privilegia­do su interés por el alma y no por el cuerpo. Poly tiene once años libre de cáncer, pero no se descuida y cada seis meses se realiza chequeos para tener una mejor calidad de vida, junto a sus miles de guerreras que, como ella, se han enfrentado a esta grave enfermedad.

Mi mente es la que maneja la enfermedad y me dije ‘ voy a vencer el cáncer’

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Fotos: Richard Castro y Gerardo Menoscal Producción: Alejandra Cereceda Locación Poly Ugarte: Gamboa Boxing Puerto Azul ( Instagram: @ gamboaboxi­ng)

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