Alexis Villacís
El chef de las grandes ocasiones
Alexis Villacís tiene pinta de adolescente. Es bajito, delgado, piel morena y va peinado al viento. La realidad es que tiene 29 años y es un experto cocinero, cuya especialidad es la parrilla.
Sus conocimientos y técnicas en el asado de aves, carnes, mariscos y vegetales, adquiridos en Europa, donde se especializó (vivió dos años en Francia y otros tres entre Madrid y San Sebastián), lo han posicionado como el consentido de los empresarios y de las grande ocasiones.
En enero de este año fue convocado para formar parte del grupo de chefs que atendió a los presidentes y delegaciones de otros países que llegaron a Galápagos para oficializar la creación de la nueva área protegida en las Islas Encantadas. Durante ese evento, liderado por el mandatario ecuatoriano Guillermo Lasso, tuvo la oportunidad de que Iván Duque, gobernante de Colombia, y Bill Clinton, expresidente de Estados Unidos, probaran sus creaciones culinarias.
Anteriormente, otros líderes, como los ecuatorianos Rafael Correa y Lenín Moreno, también fueron sus comensales. Al primero le preparó, por casualidad, un ceviche de pescado, cuando coincidieron en la base naval de Salinas; y el otro lo visitó en Mercado del Río, sector gastronómico guayaco, ubicado en el Malecón Simón Bolívar, donde Alexis estuvo durante un mes, tras ganar un concurso.
“Cuando estaba en quinto curso de colegio, un sobrino del presidente Correa estudiaba conmigo, fuimos a la base naval de Salinas y mi compañero me preguntó si le podía preparar un ceviche al tío. Le hice uno sencillo de pescado con chifles. Se lo comió todo”, relata Villacís, cuya vida no ha sido fácil.
Antes de cumplir dos años de edad, su papá, quien era militar, perdió la vida en un accidente de tránsito. Aunque nunca pudo conocerlo, su madre, Luz América Suqui, quien se dedicó durante tres décadas a la docencia, siempre estuvo ahí para alentarlo a superarse, a ser un profesional y, por sobre todas las cosas, un buen ser humano.
De hecho, ella comenta que desde esa época ya sabía que su hijo tendría afición por la cocina. Cuando tenía que salir a trabajar, Alexis, quien quedaba al cuidado de su abuela materna, se preparaba la lonchera. Escogía lo que iba a comer en el recreo.
Para que el joven pudiera cumplir su sueño de especializarse en San Sebastián, España, luego de graduarse en la Escuela de los chefs, `Miss Suqui', como le llaman sus allegados, vendió un bien e hipotecó otro, con tal de que Alexis lograra su objetivo.
Aunque es evidente el orgullo que siente por el éxito que está alcanzando su único hijo, confiesa que no le gusta comer lo que él prepara, porque su paladar ama la comida criolla. Es experta es preparar secos.
Mi es mayor sueño de gastronomía que la carrera desde sea impartida quisiera ver la primaria, ejecutando cómo vamos de alimentación, huertos, formas poder tener hasta con una una nueva sociedad abierta a un mentalidad de enorme abanico ingredientes.
Aunque tiene pinta de adolescente,
este chef guayaquileño, de 29 años, ha cocinado para presidentes y es solicitado por ejecutivos y empresarios. Su especialidad es la cocción a la parrilla.
El inicio
Antes de la pandemia, Alexis atendía a sus comensales junto con su mamá en el pequeño restaurante de 12 puestos, al que llamó Alma parrilla, ubicado en la ciudadela Ferroviaria, de Guayaquil, el nombre nació porque dice hacerlo todo con el alma.
El cierre del local, dos años después de inaugurado, fue inevitable, pero le quedaron sus clientes, entre los que están políticos, empresarios y ejecutivos que lo contratan para que vaya a sus casas y los deleite con su cocina basada en productos de temporada, pan de avena, hecho en casa, y sus exquisitas salsas, entre las que están las de coco tostado y ahumado; la de tomates, la de costra de sal con chocolate al 70% que usa para cubrir las preparaciones con cerdo, y muchas más. Otra de sus técnicas está en el uso de flores con las cuales aromatiza el chimichurri.
Ante la falta de un sitio donde levantar su parrilla y ofrecer sus servicios, ideó Alma parrilla náutica, que consiste en cocinar a bordo de un bote (alquilado) que parte desde el Yacht Club de Puerto Azul. La travesía, que dura tres horas, recorre los manglares, mientras los clientes degustan, frente a la caída del sol, sus platillos acompañados de la exquisita y refrescante sangría de mortiño. La alcaldesa Cynthia Viteri y su esposo se montaron en esa aventura.
Amante de los mariscos Villacís es amante de los vegetales y de los productos de mar. Para el recorrido en bote siempre selecciona los mejores productos que son entregados por proveedores, uno de ellos es un buzo profesional. En su menú hay langosta, centolla, pangora, pulpo, erizos, enormes mejillones y almejas, pero hay uno que no puede faltar, y es la concha de abanico, también llamada callo de hacha, un molusco que solo se lo encuentra en marea baja enterrado en la arena.