Chía Chiquita, pero poderosa
Esta pequeña semilla es muy beneficiosa por sus propiedades. Los mayas y aztecas la incluyeron en su dieta.
Es considerada la estrella del omega 3 y 6, además de ser una buena fuente de minerales, principalmente de calcio y magnesio. Hablamos de la chía, una pequeña semilla con un alto contenido de fibra, que ayuda a regular el tránsito intestinal y que mantiene saciado a quien la consume.
Estas pequeñas semillas de color negro provenientes de una planta originaria de México y Guatemala se conocen desde hace miles de años tanto por sus bondades nutritivas como medicinales. La chía formaba parte importante de la dieta de los mayas y aztecas. Se la consume en polvo (tostadas) como sustituto de la harina de trigo, aunque también se las puede combinar.
Dos cucharadas de ella contienen hasta 12 gramos de fibra. El naturópata Jorge Barrera destaca en la chía un principio activo llamado mucílago que le proporciona propiedades terapéuticas. “El mucílago es un compuesto que al contacto con el agua genera un gel que es lo que recubre el recorrido gástrico, por eso la chía es recomendada contra la gastritis. Es buena contra el estreñimiento, ayuda a regular el tránsito intestinal e hidrata las heces permitiendo su evacuación de manera fácil y natural”, explica Jorge Barrera. Para obtener sus beneficios se la puede masticar, o de lo contrario ponla en un vaso con agua para hidratarla de un día para otro o en 30 minutos.
Gracias a su gran capacidad de absorber líquidos, ayuda en la pérdida de peso. Ello es debido a que llena el estómago y produce sensación de saciedad. Como regula los niveles de azúcar en la sangre, evita los antojos por los dulces.
Tan solo 30 gramos de chía proveen del 20 % de calcio que necesita el cuerpo, indispensable para mantener en buenas condiciones los huesos.