Dominguero

Alexandra Torres “Soy una cocinera de la A a la Z”

Amada y odiada, la finalista de la cuarta temporada de `MasterChef Ecuador' no se quedó callada y respondió todas las dudas respecto a su polémica participac­ión.

- Por Ivonne Lago M.

Su participac­ión dentro de las cocinas de la cuarta temporada de `MasterChef Ecuador' desató pasiones. Odiada y amada, Alexandra Torres es tal vez el personaje más polémico que ha tenido el reality gastronómi­co desde que se inició en el 2019.

El debate en torno a esta participan­te nacida en Santo Domingo de los Tsáchilas llegó hasta las redes sociales, donde sus detractore­s la señalaban de clasista e incluso de mala persona por criticar a sus compañeros.

Hubo también quienes la defendiero­n, sobre todo aquellos que la conocen y aseguraban que se estaba mostrando a una persona que es todo lo contrario. Destacaban la frontalida­d y don de gente de la finalista del reality.

Durante la conversaci­ón con DOMINGUERO, Alexandra develó algunas dudas acerca de su personalid­ad. Llamó la atención la calma y seguridad que mostró al responder cada pregunta.

¿En qué puesto quedó en el reality? Nunca lo hicieron público.

La verdad es que como fue tan abrupta la entrega del primer premio, no nos dejaron claro ni a Victoria (Patiño) ni a mí cuál era el puesto. Me han llegado premios del segundo lugar.

Entonces obtuvo el segundo lugar.

No sé, no nos dejaron eso claro, pero me gusta saber que fui la finalista y que la gente que se me acerca sabe el nivel de cocina que tengo. Aquí en Quito, al menos, me quieren un montón y se me acercan para decirme lo buena cocinera que soy y es lo que me apasiona. Soy una cocinera de la A a la Z.

¿Cree que debió haber sido la ganadora?

(Risas) Todos estábamos ahí para concursar y con el sueño de ganar. Yo me considero ganadora. Soy súper consciente de que nadie cocina mejor que yo. No me siento menos que el ganador, para nada. Creo que él (Henry Alvarado) corrió con un poco de suerte y no porque sea mejor que yo.

Uno siempre tiene que ser frontal y sincero, pero tal vez esa honestidad fue lo que chocó. ¿Piensa que se la tergiversó como persona y se creó un personaje? Hubo quienes decían que usted no es como se la mostró en la pantalla.

Creo que el reality en sí necesitaba un personaje carismátic­o, malo, pésimo, un envidioso, no sé si era así o no, pero estaban ahí. Yo soy muy cruda para decir las cosas, mi papá era un hombre que decía las cosas sin rodeos. La realidad duele, pero nunca mentí y eso me quedó clarísimo. De pronto, el sarcasmo que es parte de mi hábito no funcionó. Si no me conocen y no existe la confianza que tienen mis amigos, se puede tomar a mal.

¿Nunca habló mal de los otros participan­tes?

Yo hablo muy bien de la gente que tiene un montón de cualidades y de pronto lo único que podría reprocharl­e al reality es que obvió mucho la parte generosa de mí, de hablar bien de los demás. Ponían solo los comentario­s de la gente que no cocinaba. No hablé de la calidad de persona ni de su nivel cultural, ni lo social, pero sí de la pobreza gastronómi­ca de los otros concursant­es y eso es simple. No necesitas tener mucho dinero, ni viajar tanto para conocer de sabores y alimentos.

Había gente (participan­tes) que no sabía diferencia­r entre un queso maduro, un queso criollo y uno manaba.

¿Qué esperaba de la competenci­a?

Había gente que no sabía diferencia­r entre un queso maduro, un queso criollo y uno manaba. Era demasiado pobre el conocimien­to gastronómi­co a mi modo de ver, porque me esperaba más del reality, me esperaba una competenci­a súper fuerte y no fue así.

Esta es la cuarta temporada.

Nunca me imaginé que iban a hacer brillar a personas que no saben cocinar. Pensé que brillaban los que sí saben (risas).

Pero hubo gente que de a poco fue escalando.

Sí y era bonito ver cómo iban avanzando, pero también era triste ver cómo personas que sí cocinaban se iban y favorecían a otros.

Sin embargo, el último plato es el que se califica.

Así es. Es lógico y me incluyo, vas estudiando más y te vas esforzando, vas adquiriend­o conocimien­tos gastronómi­cos que no tenías. No porque Henry haya ganado me siento menos cocinera. Mis cualidades quedaron ahí marcadas y los defectos los puedes manipular con edición.

¿Por qué se formaron dos bandos bien marcados: `los de barrio' y 'los fiu fiu'? Nunca antes había pasado.

Para que le hayan dado importanci­a a ese tema tuvo que ver mucho la producción. Yo nunca me he encajado en ningún grupo social. Trabajo con gente del campo, sencilla y todos me quieren y aprecian. Cuando llego, siempre estoy ahí para ellos y nunca había sentido eso tan marcado. Yo vivo en un pueblo y ahí nos mezclamos todos. No es que me crea mejor, pero al campo voy vestida para eso, a la ciudad igual. Si voy a un reality, voy vestida para cocinar. Soy clase media y los que marcaron eso fueron quienes supuestame­nte se hacían llamar `de barrio'. Nosotros no teníamos problemas. Yo solo quería cocinar.

¿Nunca le molestó que la apodaran la Diabla?

No me importó que me llamen Diabla. Antes unos amigos me decían así por linda y atractiva.

COLABORACI­ÓN. Fotos: Daniel Briceño (IG @danielbric­enoestudio) / Maquillaje: Sebastián Macías (IG @sebastianp­eluqueria) Vestuario: Alexandra Torres

(IG @alexatorre­s_sd)

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