El lado fashion de...
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La artista quiteña, de 23 años, tiene un estilo personal y único. No en vano utiliza dos clósets que están divididos por secciones. Los describe así: “son extensos. Hay ropa de miss (la que utilizó en sus reinados), de bailarina clásica, de música urbana, prendas de gimnasio, ropa de uso diario, para la playa y más”. Sin embargo, le cuesta ponerle un precio. Asegura que no es apegada a las cosas materiales, para ella no tienen valor. Es por eso que, a pesar de que la venta de garaje está de moda, `Sami' prefiere regalar la ropa que ya no utiliza.
Sí, desde pequeña. Me gusta reflejar mi manera de ser y al mismo tiempo me encanta imponer moda.
Que soy creativa. No tengo miedo a los cambios drásticos. Acepto los nuevos retos artísticos.
Mi mamá, Vivian Sánchez, es artista plástica y tiene un gusto increíble. No nos llama la atención lo convencional. Le doy las ideas y ella las elabora. Cree en mi gusto. Si le digo; `quiero usar un pájaro en la cabeza', me dice toma y lúcelo. No hago nada sin su supervisión.
Me encantan las gargantillas y los aretes que cubren toda la oreja.
He usado de todo. En el último certamen de CNB fui la artista invitada y me puse un vestido de tela transparente con piedras, fue bastante arriesgado. Me gustó mucho el resultado.
No hay problema. Los ojos están hechos para ver. No me incomoda que me vean.
Adoro el olor de la vainilla. Pero lo curioso es que no tengo ningún perfume con esa fragancia. Tengo una minicolección de diez, pero mis favoritos son de Antonio Banderas y 212 VIP de Carolina Herrera. Ambos son dulces.
Soy súper, hiper, megavanidosa. Uno se tiene que valorar y amar. Bueno, también me critico y me exijo mucho. En mi diccionario no existe el “no puedo”.
Me hice un retoque en la nariz, nada más. Pueden ver mis fotos del antes y después. Tengo mis defectos. Dentro de mis imperfecciones soy perfecta.