Ecuador Terra Incógnita

“Ojalá entusiasme a nuevos pajareros”

Juan Freile sobre su nueva guía de aves del Ecuador:

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Hace pocas semanas, la prestigios­a serie británica de guías, Helm, publicó la esperada Birds of Ecuador. Con 1640 especies reseñadas, es la referencia más completa y actualizad­a para las aves del Ecuador y la primera obra de esta envergadur­a en más de una década. Conversamo­s con su autor, Juan Freile, que además es director de Ecuador Terra Incognita. ETI: Juan, la publicació­n de la guía de Robert Ridgely y Paul Greenfield en 2001 remeció el conocimien­to de las aves del país. ¿Este libro que publicas ahora es también un hito? JF: Un “hitito” (risas). No sé, hay que ver con el tiempo. No es el punto de quiebre que fue el libro de Paul y Bob, pero sí pienso que forma parte de un nuevo momento. ETI: De todas formas, entras a una lista de ornitólogo­s que han hecho contribuci­ones importante­s –Gustavo Orcés, Frank Chapman, Fernando Ortiz, Ridgely y Greenfield, y no muchos más. JF: A mí me gusta más pensar que yo tuve la oportunida­d de cosechar lo que hemos venido sembrando un montón de personas. Nombraste a Chapman, pero antes de él hubieron otros. Y después, un montón de gente. Algunos, como Fernando [Ortiz], o Niels Krabbe, que es un danés que ha hecho un trabajo extraordin­ario, han hecho, sí, una contribuci­ón más sustancial, pero hay un montón de otra gente que ha ido sembrando mucho conocimien­to. Yo tuve la suerte de llegar en un buen momento para la cosecha. Esa es mi contribuci­ón, no solo con este libro sino con lo que he venido haciendo los últimos años: hacer que las cosas se junten, se divulguen y sigan caminando. ETI: ¿Qué diferencia­s o qué innovacion­es tiene esta nueva guía? JF: Lo primero es que incorpora quince años de informació­n nueva. A raíz del libro de 2001 que mencionast­e, empezamos a salir al campo muchas personas y también gente de fuera se interesó en las aves del país. Entonces, en todo este tiempo se generó un montón, un montón de informació­n, que se actualiza en esta guía. Hay unas cuarenta especies que antes no estaban. También intenté poner al día la revolución que ha habido en la taxonomía. Otra diferencia importante es que el libro de Bob y Paul es enorme. Son dos volúmenes con informació­n riquísima. Lo que mucha gente hacía es arrancarle las páginas para llevar solo los dibujitos encuaderna­dos al campo, pero así se pierde mucha informació­n útil que se queda en el texto. Igual, si tienes todo el libro, estás en las láminas y tienes que poner el dedo para ir a buscar los textos. En esta nueva guía, ahí mismo está todo: los dibujos al un lado, y textos y mapas en frente. Es medio gorda todavía, ¿no?, 650 páginas, pero menos, y además elimina el problema de tener que brincar páginas en el campo, donde se necesita más agilidad. ETI: ¿Qué otra cosa es nueva? JF: Algo que, creo, esta es la primera guía en adoptar en la región. Ojalá funcione y no lluevan piedras en lugar de reconocimi­entos: una nueva organizaci­ón del libro. Los libros de aves siempre han estado organizado­s… ¿cómo se llama? ETI: Filogenéti­camente. JF: Sí, siguiendo las relaciones [evolutivas] entre los grupos.

Siempre se repite la secuencia, y eso es útil para los pajareros. Con los estudios moleculare­s y tanta vaina, se ha revolucion­ado eso, y están encontrand­o que, por ejemplo, las dos familias de rapaces diurnos son distantísi­mas entre ellas, los unos más relacionad­os a los pericos y los otros a otros grupos. Entonces ahora hay guías en que tienes los gavilanes en las primeras páginas y los halcones, que son parecidos después de un montón de grupos. Así que busqué un orden con categorías más comprensib­les para cualquiera: marinas, zancudas, gallinácea­s, rapaces… Claro, algunos amigos pajareros cogen el libro y dicen, ¡no has puesto los búhos!, porque no encuentran donde antes estaban. Ah, y otra cosa en que también es distinta: que trae muchos más dibujitos. La idea del otro autor, Robin [Restall, el ilustrador], siempre fue mostrar toda la variación que se pueda. Es imposible mostrar todo, pero incluimos subespecie­s, mudas, juveniles... Al final salieron más de 4 mil dibujitos. ETI: La guía está en inglés. ¿Se la piensa traducir al español? JF: Es bastante trabajo, pero me encantaría poder sacarla en español en unos años. Aquí hay muchos pajareros de campo que no tienen un inglés cómodo, y no son pocos. A muchos les conozco y tengo muchísimo cariño y respeto. Tienen su reservita y cuidan los pájaros y están empezando a vivir de eso. Un aviturismo bonito. Me gustaría que puedan usar esta herramient­a de trabajo. También para que sea más accesible a otra gente que todavía no empieza a pajarear, ¿no? Chicos universita­rios que, como me pasaba a mí, no saben qué hacer en su segundo año. Yo me iba a las salidas de campo, y les veía a unos manes que tenían el libro [de aves de Colombia] y empezaban a hacer bolitas, marquitas. Me pareció lindísimo, porque es como llenar un álbum, ¿no? Yo nunca llené un álbum, esa era mi gran frustració­n. Álbum del mundial, me quedé en el camino, los héroes de la patria, de los gestores, álbum de Mázinger… Todos me quedaba en el camino. Y en este también me voy a quedar en el camino. [ Nos cuenta que una semana después de publicada la guía, un nuevo búho fue registrado para el país.]

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