Extractivismo, (neo) colonialismo y crimen organizado en el norte de Esmeraldas
Michel Lapierre y Aguasantas Macías Abya-yala, Quito, 2019 359 páginas, US$ 20, pedidos (02) 2506 267
La violencia y el abandono en el norte de Esmeraldas no son de hoy. Desde la época colonial, esta región ha sido vista como territorio a conquistar, desconociendo a las nacionalidades indígenas y al pueblo negro. Esta larga historia de despojo se ha exacerbado con el reciente avance de las industrias maderera, palmicultora y minera, en muchos casos vinculado a la corrupción y la violencia. La tierra se ha concesionado o transado usando mecanismos legales que desconocen derechos o con formas violentas (extorsión, acoso, invasión). Como resultado, muchas comunidades se han quedado sin medios de producción y se han convertido en mano de obra barata para los nuevos dueños. La destrucción maderera y palmicultora ha avanzado dramáticamente: 60% de bosques y casi la mitad de tierras ancestrales perdidos en la región. Por último, la explotación minera informal ha resurgido en años recientes. Hay indicios de inversión de grupos armados en minería ilegal en Esmeraldas, y de su “colaboración” en el despojo territorial. El auge minero ha sido devastador: fragmentación de bosques, desplazamientos y contaminación de la cuenca del Santiago-cayapas que afecta a más del 90% de la población. A toda esta problemática, el estado suele mirar de lejos. De esta conflictiva historia socioambiental habla este libro, fruto de casi una década de trabajo. Sus tres capítulos (histórico, actual e impactos) retratan una realidad cotidiana en la región: el vínculo entre conflictos socioambientales, violencia y extractivismo.